Hace 4 semanas emprendí un viaje maravilloso y aunque en el momento de comenzarlo no quería admitirlo, era necesario. Me fui con mis padres al imperio a encontrarnos con pedazos importantes de nuestra familia, en medio de un torbellino de ocupaciones, trabajo, proyectos e ideas macabras. Realmente no era un buen momento para alejarme por tanto tiempo de mis recién emprendidos proyectos.
Tal como Elizabeth Gilbert decidí optar por la mejor opción y tripeármelo y hacer de esta travesía mi "Comer, Rezar, Amar". Y de algún modo se ha cumplido, porque he disfrutado de exquisiteses culinarias y de la más ansiada comida chatarra; sinceramente no he rezado mucho, pero sí le he agradecido a Diosito cada día, y también he descansado, meditado y reflexionado; y sobretodo he amado, con fuerza y con vehemencia al mayor de mis tesoros, mi familia.
Hoy a pocas horas de comenzar el tortuoso viaje de regreso, me siento plena, satisfecha y feliz. Después de haberme reunido por algunas horas a conversar con Jorge, un amigo super especial, y ver en su rostro la huella indivisible de los sinsabores, y aun así sonreir y mirar con dulzura . . .
Después de haber visto la metamorfosis de mi prima Mónica: de rumbera noctámbula empedernida, en madre preocupada de par de catirotas, en una casa acogedora junto a un esposo dicharachero y muy trabajador; Después de haber recorrido nuevamente las calles magnéticas de Nueva York, esta vez delante y guiando a mis maravillosos padres; Después de haber compartido nuevamente con mi cunada y amiga, hecha un ama de casa responsable y abnegada; Después de haberme nutrido del amor puro e inocente de mis preciosos sobrinos, incluyendo a la más joven de esta dinastía; y, después de ver las sienes de mi hermano pobladas de canas y su boca llena de lecciones de vida y del más refinado crecimiento espiritual . . .
. . . regreso desaforada a la alegría de mi desenfreno cotidiano, a la redacción constante de guiones y algarabía de mi programa de radio; al delicioso intercambio de ideas y de energías en mi oficina creativa; a la concresión de mis ideas en palabras en mis columnas y reportajes editoriales; al fascinante festival de descubrimientos artísticos en mi pueblo; a la embriagadora, inspiradora y siempre incondicional compania de mis más leales amigos; a las carcajadas bonitas de mis sobrinas bajo la mirada protectora de sus padres; a la solícita y abrigadora soledad de mi cuarto; al cotilleo sabroso de mis ideas . . .
con el pecho plagado de amarillas mariposas de carino, los brazos cansados de tanto abrazar y la mente fresquita repleta de nuevas aventuras. Con el alma reloaded llena de gracia, bendiciones y prolijas satisfacciones, sonriente e iluminada, a continuar con mi jornada, aquella que me impone el camino y que me obliga a tratar de ser mejor.
P.D. Tengo los mejores equipos de trabajo y lo digo con orgullo: pertenezco a lo más granado de la comunicación de mi estado, @statusmagazine @_sindesperdicio y @grupotodoimagen.
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