Alexis Lugo Bravo/La Fiesta de los Sonidos

Fotografía: Edgardo Marval - Reportaje de Revista Status, Marzo 2011

Dispuesto siempre a tocar

De mis tiempos de diva nocturna he conservado gratos recuerdos y muy buenas amistades, tal es el caso de Alexis Lugo, corianito de pura cepa, digno representante de la Urbanización La Independencia, y figura importante de la movida urbana desde finales de los 90´s hasta la actualidad. Guitarrista autodidacta desde los 15 años y luego músico formal en el Tecnológico de Música de Valencia, Lugo Bravo, amenizaba las noches del Pub 1527 con su extinta banda “Container” al ritmo de las más representativas canciones de Rock and Roll.

Aun recuerdo cuando llegaba a probar sonido con sus risos impecables hasta el cuello, con su hablar cantadito y pausado, sus dicharacheras ocurrencias, su entreverada sonrisa y siempre alguna anécdota hilarante sobre sus constantes despistes. Años más tarde me lo vuelvo a topar, en un panorama diferente: él era el dueño del Bar y yo, la clienta empedernida que, acto seguido de llegar a Coro de Valencia o Caracas, me iba con compañía o sin ella para encontrar el tan anhelado relax en la Terraza de Raduno a mediados de los 2000.

Vuelven a separarse los rieles de los trenes de nuestras vidas, para encontrarse nuevamente añitos después, ahora casado con Jennifer Brett, dirigiendo la sede de Spazio Cuccine en Coro, super maduro y con un nuevo proyecto musical: la banda COVER en la que comparten tarima con él reconocidos músicos de la ciudad mariana de Coro.

Indago un poco más en mi memoria para recordar aquella noche con olor de nostalgia coriana, cuando le oí acompañar a Yatu en un toque importante en La Estancia de Caracas. Recuerdo fue alrededor de 2006, cuando, mientras él extraía gemidos de su guitarra al ritmo de los antiguos temas de la Seguridad Nacional, yo transpiraba emoción de ver a aquel muchacho sencillo de la Independencia rocanrolear con los duros en la ciudad capital.

Alexis es un fiebrudo de la música, y así lo demuestra el hecho de que sin ningún otro interés, se dedica a apoyar a las nuevas agrupaciones para explotar de forma positiva el talento joven que pulula prolijamente en la ciudad, libre, descarriado buscando un corral para afianzarse y crecer. De hecho en mucho de lo que ahorita se escucha en nuestra región están metidos sus esfuerzos, su constancia y su Fe.

Para sobrevivir ha hecho de todo, desde arrendar la terraza antes mencionada, hasta asesor de venta y diseñador gráfico de diversas instituciones y empresas de los sectores públicos y privados. Pero para vivir a plenitud se ha desarrollado en la música y ha hecho que la música se haya desarrollado en la ciudad, porque tal como él mismo asevera “la música es un estado de felicidad donde me conecto conmigo mismo, donde se refleja mi esencia”.

Aparte de ser amigo leal, de ser tenaz y obstinado, de llevar con orgullo la rosca que le ha dado la vida con tantos tigres y toques por aquí y por allá, y de promocionar a la actitud como herramienta fundamental, @alex_lubra es simpático y MUY guapo. Después de días de locura y desenfreno, ahora se le ve tranquilito, con su cabello corto y arregladito, con las camisas planchaditas, usando lentecitos, siempre maquinando nuevas propuestas y diversos proyectos, todos dirigidos al ámbito musical.

Aunque le encanta estar en el escenario y tocar, se confiesa seducido por la logística y el sonidismo, y sus influencias musicales se ven alimentadas por el legado de figuras como Jimi Hendrix, Jacob Dylan y Juan Bautista López (Yatu). Sentencia de manera severa que para vivir de la música, (entendiéndose por tal tener apenas para comer y mantenerse a uno mismo) hay que ser extremadamente bueno en la ejecución del instrumento el cual se haya decidido tocar.

Resalta como los momentos más importante en su carrera aquel primer toque que en 1997 ofreció en el C.C. Castillo Don Leoncio, y su participación en la gira nacional “A conciencia” de Yatu, que llevó al ex container por prestigiosos escenarios como el Tulio Febres Cordero de Mérida y el Hard Rock Café del Sambil Caracas. Y en cuanto a su vida como músico, infiere que se siente auténtico, versátil y “dispuesto siempre a tocar”.

Para él, la felicidad tiene un día y una hora precisos, y en ella la música siempre va a ser principal invitada. Con cierta tremendura en sus ojitos coquetos comenta al respecto: “un buen trago y una buena música en una terraza al aire libre un jueves a punta de 10 y media de la noche, creo que no hay mejor combinación”.