Fotografía: Cheché Díaz Yugurí
Tanto tiempo invertido tratando de conseguir la cura a ese malfuncionamiento que sucede cuanto los asuntos del corazón obnubilan, entorpecen y controlan la razón, o para algunos, los asuntos de la cabeza.
Tantas luchas acérrimas para suprimir los efectos macabros en nuestras vidas causados por las decisiones tomadas con el corazón,
esas que después de revolcarnos con fuerza en el mar de los errores
nos invita a meter la mano en el pecho e introducir una panela de hielo seco.
Tantos entrenamientos dedicados a encadenar los sentimientos y emociones,
y tantas justificaciones para alejarnos de ellos.
Tanto tiempo invertido en nuestras existencias tratando de cortarle las patas al alma
para volvernos androides fabricados con escombros y fusibles
de la creencia de que NO SENTIR es lo mejor.
Y en nuestro empeño, no nos percatamos que el corazón realmente
no tiene poder sobre nuestra mente,
porque a la final las emociones surgen cuando nuestras creencias
ubicadas en la razón
reaccionan ante los estimulantes factores externos.
Así que tenemos que nuestras reacciones (para muchos impulsivas),
dependen de lo que tenemos en nuestra cabeza,
y aunque hay muchas que están enraizadas hasta lo más profundo,
así como en la película INCEPTION,
podemos cambiar ideas y así cambiar historias.
Y no se trata de volvernos secuestradores de ideas o de personalidad,
se trata de llenar nuestra mente con ideas sobre nosotros que nos favorezcan
y nos hagan realmente valorarnos como personas.
Así como cuando nos enamoramos de otro,
se nos nubla la mente con la idea de que es un ser maravilloso, infalible, mágico y perfecto,
así debemos comenzar por nosotros.
Con este chip instalado, pondremos a las necesarias emociones
y a los inexorables sentimientos a trabajar a nuestro favor.
No es que sentir sea malo,
de hecho no hay bueno ni malo.
La creencia que se esconde detrás de un miedo, una culpa o un resentimiento
puede ser el problema, o mejor dicho, el ancla que nos mantiene inertes
y nos impide avanzar hacia la vida que queremos.
Tu puedes alcanzar tus sueños,
porque a la final salen de tu cabeza, es decir, son parte de ti.
Solo tienes que creerte el cuento, y después
sentirte poseedor de lo que quieres,
Usa tu mente a tu favor.
Piensa y luego siente,
he allí la solución.
