Regreso a este espacio que me provee paz y entusiasmo, para cerrar el año
haciéndome el propósito de volver a mis guarapos con más frecuencia,
salirme un poco del hacer
para bañarme más en 2015 en las aguas cristalinas del pensar y el querer.
En otro capítulo hablaré de cómo fue mi 2014, porque ahora quiero mirar hacia adelante y decirme mientras les digo a ustedes que:
en este momento de propósitos, es decir de la fijación de metas y objetivos, de los compromisos a nivel personal que normalmente se hacen al comienzo del año para mejorar en algún aspecto, hay que empujar la carreta con intenciones también, esas que según Insight se miden en resultados, esas que vienen en trencito con la voluntad por detrás empujando la carga.
No quiero desearles para 2015 otra cosa que buenas Intenciones y Voluntad. Las ganas, el deseo, la firme convicción de movernos hacia la consecución de nuestras metas y a la construcción de un entorno mejor, no solo para nosotros, sino también orientado al beneficio mayor.
Deseo que aguantemos la mecha, con la fortaleza férrea que nos viene de ese "Mjolnir" (el martillo de Thor) que es la voluntad, que nos permite mantenernos firmes
y en pie ante las vicisitudes.
Es la voluntad la que nos mantiene enfocados en el curso de nuestras acciones, con pies de plomo, fuerza en el pecho y la vista en el objetivo. Es la voluntad la que nos da la certeza de que lo vamos a lograr; es quien dibuja sonrisas y nos hace cantar cuando ya estamos rozando la meta. Es la voluntad la que nos mantiene unidos, conviviendo y trabajando en equipo. Realmente, es la voluntad la que nos impulsa a soñar las cosas más inverosímiles y salir emocionados a hacer concretos esos sueños.
Para este 2015 que nunca falte en tu corazón una buena intención,
ni en tus venas la voluntad de crearte una vida mejor.
