Sobre @ArizonaRockCoach

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Princesa Hechicera del Reino Indómito de Urumaco; guarapera empedernida, coach ontológico, pasajera, y transeunte de una vida Sin Desperdicio

Guarapo

La Real Academia Española explica que la palabra "guarapo" es una voz quechua cuya definición reza: "Jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar".

Para nosotros los venezolanos, el guarapo aparte de refrescar, también se asocia al temple y poder de decisión. Este blog tiene por meta refrescar con dulzura la fuerza en el corazón, y ayudarnos a continuar con optimismo y coraje este incierto camino que, cada vez más escabroso, se llama vida.

domingo, 7 de septiembre de 2014

De la excelencia y un poquito de Buzz Lightyear




Hay una palabra que por su belleza y distinguida sonoridad pareciera ajena a nosotros, los simples mortales, que andamos a pie, que no tenemos linaje en nuestros apellidos, y que definitivamente no vivimos en suntuosos palacios.

Se trata de la EXCELENCIA, esa que se usa para tratar con respeto y cortesía a algunas personas, y que nos han hecho creer que tal deferencia (la del respeto y la cortesía) es adjudicada por sus títulos nobiliarios, y resulta que el diccionario nos devela que realmente es por su dignidad o empleo. 

Así tenemos que a Mandela, lo han debido tratar de Excelencia, por ejemplo. Pero no es por este uso de la palabra EXCELENCIA que vamos a discurrir en este momento, es por el otro, ese que expresa que algo excelente es superior en calidad, o tiene una bondad que lo hace digno de singular aprecio o estimación. 

Léase que en ningún momento, en los párrafos anteriores se han escrito palabras como perfección, ostentoso, lujoso, exclusivo, caro, imposible, utópico, oneroso, inmenso. La excelencia no habla de aplicar fórmulas encriptadas, o de resolver difíciles algoritmos; tampoco habla de gastar cuantiosas sumas de dinero, y mucho menos de hacer esfuerzos extrahumanos, como si la cosa solo fuese un superpoder.

La excelencia es la calidad que le imprimimos a ciertos procedimientos, actividades o productos que nos dice que estamos haciendo las cosas lo mejor que podemos hacerlas. Realmente. Por lo tanto, se puede aplicar la excelencia en el cafecito que hacemos en la mañana, o en las arepitas que nos desayunamos; puede haber excelencia en el mantenimiento de nuestras casas y en la educación de nuestros hijos; puede haber excelencia en la forma de atender a nuestros clientes y en la manera de prestarles el servicio; puede haber excelencia en nuestra ciudadanía, y hasta en nuestras relaciones de pareja.

¿Porqué conformarse con hacer las cosas, simplemente o en automático, cuando las podemos hacer mejor, cuando las podemos hacer excelentes? ¿Te ha pasado alguna vez que sentiste que has podido realizar alguna diligencia mejor? Por ejemplo, has podido sonreírle al paciente al que atendías para darle más confianza; has podido echar un poquito más de cardamomo para darle más sabor; has podido quedarte más rato hasta culminar; has podido poner más ahínco en la búsqueda de una solución; has podido caminar una cuadra más; has podido preparar con tiempo el trabajo; has podido investigar más; has podido escuchar con más atención. ¿Te ha pasado? Si te pones a ver, la excelencia se trata de DAR MÁS.

Hay quienes asumen la EXCELENCIA como estilo de vida, y así le imprimen alegría y pasión a cada tarea, a cada clase de tae bo, a cada compromiso, a cada tarea, a cada caja que empacan, a cada arepa que preparan, a cada visitan que realizan, a cada foto que toman, a cada cabello que lavan, a cada venta que hacen, a cada reloj que reparan, a cada suela que pegan . . . y así podría escribir hasta el infinito, y más allá.

Hay otros, que se encierran en su zona de confort, y se conforman con automatizar sus procesos. Esos otros, que por miedo o por comodidad no se atreven a retarse para saber hasta dónde pueden llegar, ahogándose sin remedio en el contaminante smog de la mediocridad. 

Vivir con excelencia tiene sus beneficios reales: mayor autoestima, mayor confianza, mucho aprendizaje constante, mejor proyección, mejores relaciones contigo y con los demás, prestigio, respeto, reconocimiento, evolución, mayor seguridad, productividad, mejores ganancias, visión pragmática, liberación de endorfinas, y muchas más, tantas que podría escribir hasta el infinito, y más allá.

Es que el mismo BUZZ LIGHTYEAR, en la inocencia de sus aventuras, en su mensaje grabado pregonaba que aún el infinito tenía un más allá, y que él esta dispuesto a llegar, es decir, a DAR MÁS.  
¿Ves que ya no queda tan lejos la EXCELENCIA? ¿Que no es tan difícil alcanzarla? Solo tienes que tomar la decisión de DAR MÁSa, y de ir "hasta el infinito y más allá".

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