Fotografia: Lute Deniz
(perdonen la ortografia, hoy escribo desde la lapto materna, esta que nunca han configurado el office en espanol, no hay tildes ni palabras con la enie)
Desde hace tiempo he querido escribir sobre esta historia, que desde chiquita conservo en mi mente, por una pelicula que vi hace muchos abriles cuando la memoria infantil no me permitia conservar los detalles de ninguna trama, ni nombres de libros, autores o directores, pero si las moralejas. Aprovecho la noche lluviosa y la necesidad de atrincherarme bajo el ala de mi madre, entre las cuatro paredes de mis pensamientos, huyendo de esta forma de la nocturnidad callejera que me apasiona y me embriaga, en ocasiones haciendome desdoblar.
Como no recuerdo el guion de aquella vieja pelicula, les relatare el cuento como lo he venido haciendo siempre, a mi manera; y mientras flipo escuchando una emisora online de soul y jazz de Tenerife, aqui les va el relato, que en nada tiene que ver con el twitter. (Creo que al sentirme en las Canarias quise exponer a uno de los mejores fotografos de por alla, saludos Lute).
Erase un chaval muy malcriado y consentido, que para retar al amor de sus padres, quienes moviendo sol y lunas todo se lo daban, un dia pidio para navidad un pajaro azul como regalo. 12 primaveras tenia este impetuoso muchacho, cuando al abrir sus ojos aquella madrugada del 25 de diciembre diviso en un rincon de su cuarto una jaula adornada con globos y lazos de colores.
Corrio raudo el pre adolescente a divisar el interior del obsequio, cuando sus mejillas se sonrojaron de sorpresa y sus ojos de lagrimas se llenaron ante la impotencia. Dentro de la jaula yacia inocente y tembloroso un pichoncito tremuloso con un plumaje raro y de color gris.
El chico indignado, cegado por la rabia, ante la desobediencia de sus progenitores recoge una mochila en donde guarda 4 piezas de ropa, el cepillo de dientes, el retrato de sus padres y el contenido de su alcancia. Aprovecho la oscuridad de la hora y el vino que habia dormitado a sus padres, para escapar silencioso de su hogar, no sin antes dejarles escrito en un pedazo de papel: "Papa, mama: solo una cosa les pedi para esta navidad, un pajarillo azul que me despertara cada dia con el melodioso sonido de su trinar, he decidido salir a buscarlo. Soy casi un hombre, es hora de que sea yo quien provea mis antojos y les demuestre que si existe el pajaro azul. No me esperen, no me busquen, no quiero regresar."
Y asi de madrugada emprendio un asombroso viaje el orgulloso chiquillo. Llego a los linderos del pueblo teniendo la seguridad que solo alli habria buscado a la mistica ave su padre, por eso decidio ir mas alla. Su determinacion era tal, que no le importo pasar hambre y penurias en las calles de los poblados cercanos. Y su obstinacion bloqueaba el dolor de sus pies que ya crecidos se volvieron descalzos.
Los dias se volvieron semanas, y luego frios meses de invierno, en los que se topo con las mas angustiantes realidades, y aun asi, no queria saber nada de su casa, solo tenia en una mente una cosa: encontrar al pajaro azul. Se volvio astuto e insolente, malicioso y suspicaz. Ante la inhospita travesia callejera su corazon dejo de latir y se volvio en un musculo frio. Atraveso su pais completo, valiendose de su juventud y belleza para conseguir favores y ayudas, y en el camino perdio la honradez y la decencia.
Las navidades transcurrian, mientras el joven insolente saqueaba ciudades y paises bajo la excusa de su unico fin. Rompia corazones, robaba alegrias, crecia impaciente y lleno de odio. Buscaba por todas partes sin darle reparo a su antojo. Desconocia por completo el significado de la palabra nobleza, mientras el sentido de supervivencia lo hacia cruel, despiadado y egoista.
Un dia, cansado de deambular hambriento y sin norte, se sento en un banco de plaza de algun pais distante, sintiendose solo y aturdido. Miraba receloso y muy distante a las jovenes parejas que se profesaban ternura, y lo carcomian la rabia y los celos al ver a los infantes alegres pasear de las manos de sus papas. Se miraba en el reflejo de los charcos de agua y veia a un hombre famelico y desarreglado, sin luz en la mirada, con los labios resecos, los dientes picados, las manos temblorosas y el pecho deshecho. Rascaba su cabeza para sacudirse los piojos y ante la imposibilidad de curar las heridas sangrantes de sus pies maltrechos, decidio emprender el camino de vuelta.
Ya habia cumplido sus 21, cuando a rastras atraveso el umbral de su casa materna. Aunque transfigurado por los maltratos del tiempo, sus padres, quienes todas las tardes se sentaban cerca de la ventana esperando su regreso, lo reconocieron de inmediato, y sin reparar en su aspecto y en la podredumbre de su olor, le propinaron el mas caluroso de los abrazos, asi fue cuando el muchacho sintio de nuevo la sangre bombeando desde su corazon. Comio con desesperacion los platillos que hacia su madre, esos que de chico se negaba a ingerir porque tenian vegetales. Y se acicalo en la ducha de la que renegaba porque no tenia agua caliente.
Mientras miraba sonriente todas las fotos y los adornos de su casa, porque le transportaban a aquellos momentos en los que sin saberlo era tan feliz, miro con suma impresion de sorpresa aquella jaulita adornada, motivo de su explosion. Se acerco con precaucion y nuevamente las lagrimas brotaban imparables de sus ojos, al ver que adentro trinaba melodioso un hermoso, regordete y brillante pajaro turquesa.
Su padre con dulzura le puso la mano en el hombro y con el pecho lleno de dolor le exclamo suavecito: "Este es el mismo ave que rechazaste, en aquel entonces era un pichon. No me diste tiempo de explicarte, que los pajaros cuando son polluelos cambian de plumaje, y que en unos dias su color iba a tornar de gris a azul".
A veces lo que tanto anhelamos no esta tan lejos, solo hay que tener paciencia y abrir bien los ojos; y, que aunque no escogida por nosotros, con defectos e imperfectos la familia es una bendicion.
Fotografía: Raúl Flores
