YASMIL MARRUFO
De Pantano Abajo a las Grandes Ligas de la Industria Musical
Han pasado 26 años desde que el heredero de una estirpe musical invaluable hizo sus maletas y se fue junto a su esposa Daisy Sanz a cantar en clubes nocturnos en Caracas. Luego de criarse en una familia musical y de aprender a tocar las maracas a la edad de 4 años, decidió que la música era su norte, y desde la adolescencia comenzó su peregrinar en varias agrupaciones de la región, entre las que se pueden mencionar: Sombras, Sendas Show, Tolito y su Grupo Diferente, Araguaney y la Orquesta La Creación.
En 1984 se fue a la ciudad capital quien, por intercesión de un amigo, comenzó a tocar el bajo y a trabajar como productor y compositor para artistas de la talla de Karina, Antonieta, Cecilia Todd, Devorah Sasha, Los Melódicos, Natusha, Carlos Baute y Soledad Bravo. Y tal como el mismo Marrufo lo relata: “A finales de los 90´s produje para Servando y Florentino el tema “Una Fan Enamorada”, este trabajo me dio muchas satisfacciones; trabajé ese mismo año en el disco de Ricardo Montaner y llegué a formar parte de la banda de Yordano.”
A partir del año 2000 sus pasos se agigantaron y se trasladó a la Madre Patria para producir otro disco de Carlos Baute, quien se hizo irónicamente famoso por el sencillo que extrajo del repertorio de Daisy Sanz “Yo me quedo en Venezuela”. Marrufo luego de tantos esfuerzos, se hace compositor exclusivo de Universal Music Publishing, razón por la cual se desplaza a Miami para radicarse y erigirse como afamado productor para luminarias latinas: Ricky Martin, MDO, Chayenne, Alexander Pires, Jaci Velásquez, Son by Four, Oscar D´León y Ricardo Montaner, entre otros.
Es tan coriano que su empresa se llama “Falcon Studios”, mantiene intacto su cantadito al pronunciar frases como voj, al diablo buche, no chic, se para en Guamacho a comprar pan “El Baruteño” para compartir con la familia y a donde quiera que viaja carga su bolsita. Reconoce a lo lejos a los paisanos por la gorrita y la barriga, y evoca con nostalgia los tiempos en los que Matina (su mamá) lo llevaba a los cumpleaños de Radio Coro en la Av. Manaure a ver con mucha admiración a los artistas que se presentaban en esa tarima, la cual pisó con frecuencia años después al acompañar a los cantantes que seguían la tradición de la estación radial emblemática de su ciudad natal.
“Deberíamos darle más amor a nuestra tierra” infiere calmado sobre la indolencia y la indiferencia que todos los oriundos le hemos proferido a Falcón, alegando el potencial humano y turístico que de ser aprovechado nos podría convertir en una región única en el mundo. Y nuevamente se pierde en los cariñosos recuerdos de su transitar por la Plaza Bolívar y La Alameda en las tardes, las noches en el “Monumento a la Madre”, los eventos de la Concha Acústica y el Parque Ferial; su liceo “Cecilio Acosta”, el extraño humor coriano, la cordialidad propia de estas ciudades pequeñas, los vecinos de la Calle Miranda, el calor del barrio, el sabor de la Arepera Mundial, los cines Alcazar, Rex y Miranda, el Autocine Río, los juegos de futbol en el Pío XII, el balneario Sixto Lovera y el Mercado Municipal.
Es tal su corianidad, entendiéndose esta palabra como compendio de cualidades propias de los habitantes de Coro, que hasta su trabajo se distingue por la representación de sus raíces: “cuando produzco música latina utilizo elementos, la esencia y el sabor de nuestro folklore, y definitivamente yo creo que esto es lo que le da el toque personal a las producciones que hago” sentencia el nostálgico Yasmil Marrufo desde su trono americano a través de la web.
ELVIS CASTILLO
Un hombre de radio
Con tan solo 32 años este falconiano se ha convertido en un renombrado locutor a nivel nacional, periodista del mundo del espectáculo, voz imagen de 80 marcas en todo el continente y voiceOver de varias estaciones radiales en Latinoamérica y de TV MAX PRIME, canal de televisión perteneciente al GRUPO HBO. Es alegre, divertido, llano, simpático, pana de las Ánimas de Guasare y promotor del turismo en Paraguaná: “En cualquier parte donde me encuentre siempre hablo de mi estado y digo que se puede disfrutar de lindas playas, practicar Windsurf, kitesurf, etc, se puede visitar el Cabo San Román y ver la cercanía con Aruba, a solo minutos impacta lo desértico de los Médanos de Coro, a una hora te mueres de frío en Curimagua y en la costa oriental del estado están las playas más cristalinas del mundo”. Afirma con una sonrisa que esboza un infinito orgullo.
De sus comienzos recuerda sus primeras experiencias en Génesis 99.5 FM (ahora la Mega) donde trabajó a partir de los 15 años de edad, lo que representaba un gran sacrificio porque tenía que trasladarse todas las noches de Punto Fijo a Coro y viceversa. Posteriormente se consolidó en Radio City 91.3 FM de Punto Fijo como locutor del programa A-ONE, gerente de medios y Voz Identificadora. En 2006 ingresa a la programación de 88.1 FM y desde 2009 deleita a los caraqueños con noticias del espectáculo en Planeta FM.
Sus días transcurren entre las cabinas de grabación para radios, marcas y canales de televisión en Caracas, Los Ángeles y su añorado estado Falcón. Y se yergue de emoción al mencionar su reciente selección como Voice Over de Univisión Radio para todos los Estados Unidos: “Esta nueva adquisición hecha por la cadena hispana es un logro para Venezuela, Elvis Castillo es el primer locutor venezolano en identificar en español neutro el Network latino más grande de Norteamérica” se extrae de la net.
Ya con 8 años fuera de casa, Castillo se reconoce 100% falconiano, y aunque no tiene el cantadito característico de los hijos de Paraguaná por su formación como voz superpuesta en español neutro, siempre anda con sus dulcitos de leche para regalar, y admite que la disciplina impartida por sus padres (oriundos del estado Falcón) ha sido factor determinante para alcanzar el éxito en su oficio, además de la pasión que le imprime a su trabajo.
Extraña a su familia, razón por la cual viene con frecuencia a estas tierras caquetías, e insiste en la importancia de la empresa privada como generador principal de empleo y desarrollo. Finalmente, confiesa una estrecha relación con su manager a quien también llama cariñosamente “Papá Dios”.
ROLANDO J. VALLES
Su lado fuerte: el del corazón
Resultante de la mezcla genética de una princesa guerrera maracucha del “El Empedra´o” y de un ilustre hijo de Urumaco, vivió durante todo un día (el que nació) en la capital zuliana, para luego hacer de Coro su habitat natural, y desde que tiene memoria supo que su vida era el béisbol. Zurda Loca, como era llamado en la infancia por los amigos y vecinos de la Urbanización Carabobo, se fijó como meta convertirse en jugador profesional de pelota, y aún sabiendo que no era en su grupo quién más condiciones tenía, lo logró. Así como también le puso el ojo a Angélica Alvarado en sus días de colegio, y después de unos añitos se casó con ella.
Su carrera comenzó a los 6 años en la escuela de béisbol menor Oswaldo Castellano. Durante su niñez y adolescencia no soltó el guante ni un instante y se dedicó a representar al estado Falcón en diferentes campeonatos y categorías, inclusive fue preseleccionado para representar a la selección nacional. En 1997 es firmado por los Astros de Houston, organización con la que trabajó durante 5 temporadas entre sus sucursales de Latinoamérica y Estados Unidos. Ese mismo año (97) el gran sueño de su vida se vuelve una realidad: es firmado por los Leones del Caracas como pitcher relevista.
“Formé parte de este equipo hasta la Temporada 2007-2008 cuando tuve que tomar la decisión de retirarme del béisbol como jugador activo, la verdad tuve la oportunidad de vivir muchas alegrías y emociones dentro de este equipo y sobre todo: ¿cómo olvidar el campeonato de la temporada regular venezolana y la Serie del Caribe 2006?” evoca con nostalgia este joven alto, catire y fortachón, que ahora vive en Phoenix, Arizona donde se desempeña como Latin Liason de los Cerveceros de Milwaukee, organización que le delegó desde 2008 la responsabilidad de educar a los nuevos talentos latinos para hacer la transición de nuestra cultura a la americana.
Reconoce que extraña a su gran apoyo, la familia; y a los verdaderos amigos. Asegura que la infancia coriana es única, que disfruta como nadie pasar un diciembre en Coro, y que para apreciar su cultura estando lejos basta con traer a sus pensamientos: “las temporadas playeras en Paraguaná, las vacaciones llenas de travesuras en Urumaco, las rumbas improvisadas del Monumento a las Madres, el Pío XII, los matinés domingueros en la City Show, las caminatas de la Virgen, las Ferias del Pesebre, las caimaneras de softball, el Pub 1527, los viajes a San Joaquín, las reuniones en Cuatro Palos, los toros coleados con mis primos, y la cantidad de vivencias inigualables que me enseñaron a conocerme mejor.”
Reflexiona nostálgico sobre la falta de optimismo y de gente que quiera a Coro y al estado en general, y resalta como sello distintivo la peculiar forma de hablar del falconiano y nuestra idiosincrasia que nos da fama de tener coraje y dedicación en lo que nos proponemos, nunca nos rendimos. Sobre esto último, sentencia que ha sido de gran utilidad para él la perseverancia propia de los oriundos de esta región, a la hora de trazar las metas y luchar con honestidad para lograrlas.
MELKIER JORDÁN
El eterno turista
Perteneciente a una familia grande y muy querida en el estado gracias a su aporte valioso al mundo de la radiodifusión, Melkier Jordán es un hombre inquieto, errante desde niño, curioso de nacimiento y viajante empedernido, que nunca abandona su interminable búsqueda de la respuesta a la interrogante que él mismo se hace de forma incesante: ¿Quién soy?
Este coriano de 37 años (que puede conversar sin tropiezos y de forma simultánea en español, inglés, papiamento y holandés), luego de turistear (estudió infructuosamente un año de derecho) en la Universidad Católica Andrés Bello y cursar varios semestres de Ingeniería Industrial en la UNEFM de Punto Fijo, abandonó el terruño hace 18 años en busca del amor y aventuras, y se fue a Holanda, país que además de enseñarle el idioma lo certificó en Diseño de Sistemas y Programa de sistemas, Administración de Empresas y Gerencia en Informática.
Fue dueño junto a otro socio venezolano de dos tiendas de la franquicia Subway, y en la actualidad se dedica a brindar servicios de consultoría en el área de informática aplicados a procesos gerenciales, de hecho ahora desarrolla un proyecto para Unilever. No olvida sus primeros años en la tierra de los tulipanes, en los que repartía periódicos, limpiaba oficinas y cosechaba fresas para vivir. Y siempre con Coro en el corazón.
“Recuerdo gratamente cuando con un grupo de amigos del colegio nos íbamos y atravesábamos los médanos hasta los tubos de agua que van a Paraguaná. Luego los seguíamos caminando sobre ellos hasta llegar a la playa, nos bañábamos en el mar y comenzaba nuestra travesía de regreso” narra Melkier desde la virtual cercanía que ofrece el Internet.
Sostiene que nuestro acento es único y reconocible en cualquier parte del mundo, que la característica más importante de los corianos es la de “pensar fuera de la caja” , que yo traduciría como una creatividad portentosa. También opina que lo que más necesita Falcón es educación: “La educación forma una parte básica de las personas, no solo la formación académica sino también lo que corresponde a los valores y normas éticas. En el sistema de educación no debería haber espacio para la política. Solamente con una buena base educacional podemos entonces hablar, por ejemplo, de desarrollar y fomentar el turismo”.
Orgulloso de su corianidad, no se molesta cuando le echan broma con los chivos, ni vacila al responder que es de Coro, una población pequeña. Extraña a la ciudad donde se crió, aquella que le permitía largas caminatas del colegio a la casa, cruzar el casco colonial y la Avenida Manaure, apreciar la “increíble” diversidad de personas que hacen vida en sus calles, y recuerda gratamente el mondongo con arepa que lo deleitaba “en el restaurant de, a quien cariñosamente llamábamos, Darío el Tuerto”.
ALEJANDRO “NENÉ” PÉREZ
Coriano como el dulce de leche de cabra con conchitas de limón
Afable y dicharachero, con los ojos llenos de inocencia y los cachetes repletos de cariño, músico por naturaleza más que por formación, tierno y solidario, así es el Nené. Quien desde el año 2000 sale de Coro por razones familiares, ya que su esposa graduada de médico recibió una oferta de trabajo en Aragua. Con el sueño de construir una familia, no ha parado de hacer música: “siguiéndola para probar, me vine a ver sí había donde tocar, y resulta que es lo único que he hecho por aquí” asiente Pérez sobre su experiencia en el centro del país.
Exhala el calor del pueblo en cada palabra, se dice tan coriano como el dulce de leche y percibe el acento propio a kilómetros de distancia. Perteneció a bandas falconianas como el grupo gaitero Qnana, Sendas Show y fue fundador de Circuito 7. Su hermana Sheyla Pérez también es cantante, actualmente se radica en Italia. Y recuerda con mucho afecto a su primer maestro de música, Diego Viciel.
Nené profesa la nostalgia por los días de pesca en Adícora con su papá y los tiempos de dar serenata, también cuenta que vivió un tiempo en Caracas donde compartió en una banda junto a músicos tan destacados como Andrés Briceño, Rubén Revolledo y Roberto Kosch. Cursó también estudios de Armonía e Improvisación con el maestro Franco Nasi en Valencia, y fue parte activa de la movida nocturna de la ciudad capital a finales de los 90´s.
Levanta la vista y sonríe cuando se le pide un cuento divertido sobre las serenatas: “Una vez fuimos a darle serenata a una señora que había tenido un bebé, y luego de media hora tocando y cantando, nos salió la señora con la barriga y nos dijo: -muchachos todavía no, dense una vueltica en 6 días a ver qué pasa” relata Pérez destornillado de la risa.
Luego de haber integrado las filas de Gran Coquivacoa, de haber conocido gran parte de Latinoamérica y Estados Unidos en giras con Ricardo Montaner, de matar sus tigritos en Miami, de haber hecho la música de series juveniles y de haber trabajado con: María Conchita Alonso, Sandino Primera, Alejandro y Héctor Montaner, Servando y Florentino, Hanny Kauam, Víctor Múñoz, Chino y Nacho, Bakanos, Vocal Song, Calle Ciega, Giancarlo Pasqualotto entre otros, le apuesta fervientemente al talento regional. Ha colaborado con talentos caquetíos como Son 4, Alberto Jiménez, Miguel Ángel Rodríguez, Kaos, y la Banda Kalimbas.
En la actualidad se desempeña como productor musical junto a Miguel Arias (otro talentosísimo falconiano, super creativo, que hace vida en el centro del país) e Yssael Zárraga, en el CD de un joven talento coriano que pronto se escuchará en las estaciones del estado, además de producir la primera obra musical de Mariana Romero, una novel promesa de la ciudad de Punto Fijo.
Alejandro Pérez Garvett, ama con ardor estas tierras calientes que le vieron nacer y crecer, viene con cierta frecuencia, y desde hace 5 años promueve un festival de pesca entre amigos músicos locales y caraqueños: “Nosotros, el 26 de diciembre hacemos un festival de pesca por toda la Península de Paraguaná, partiendo desde Adícora y llegando hasta el Faro”.
Fotografía: Cheché Díaz Yugurí
