Collage: Jaime GarvettAqui dejo la mesa servida, con velitas de colores y suaves fragancias aun sin prender. Y de fondo Miles Davies para que te haga sonreir, con esa mueca traviesa que se deja entrever en un gesto tímido cuando algo te ha causado gracia.
He reorganizado las fotos y ahora los retratos no miran a la puerta, sino al interior de mi corazón. Y acomodé los libros en perfecto orden ascendente según tus favoritos, dejando por fuera a "El Principito" en aquel rincón que siempre buscabas para leer.
Apagué la luz del baño para aquello del ahorro de energía. Y cambié los cigarrillos por el té de menta y el de cayena. Ya dejé de pelear en las mañanas, y hasta le estoy agarrando el gusto al café.
Cambié las sábanas de rayitas por aquellas de algodón fresquito sobre las que te gusta dormir. Y dejé encendida en mi memoria aquel momento sublime del beso tierno y dulce en medio del malecón.
Canto más a menudo como ejercicio, sonrío frente al espejo como terapia. Y atesoro tu voz ronca y sonora en el cofrecito escondido debajo del pecho, para nunca olvidar tus palabras bonitas, esas que me hablaron de amor.
Me inyecté tus redoblantes punsantes en las venas para bailar al ritmo de tus latidos. Y pinté la sala de amarillo y naranja para que te sientas en calor, con cortinas claritas y cojines grandotes para que estés más cómodo por aquí.
Me he dibujado en el rostro una eterna sonrisa para que me ayude a pasar los malos momentos. Y me vestí con las carcajadas que aun hacen eco por todo el salón, rindiéndole pleitecía a los telones que encubrían furtivos abrazos.
Tengo la mesa servida, y la comida no más de calentar, esperando que no se enfríe, esperando ilusionada que te de por volver!
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