Hernánd Arends - Puro Flow y Buena Vibra

Fotografía: Mario Loaiza
Texto: Status Magazine - Edición Junio 2011

Recuerdo estar sentadita en la orilla de Playa Sur, extasiada mirando a los riders navegar y hacer piruetas sobre el horizonte paraguanero a las 5 de la tarde, cuando entre el bullicio de los carros con sus musicones y el sonido propio del mar, escuché una voz masculina y cantadita que gritaba: “Ajá, apártense porque llegó el Matatán”, inmediatamente irrumpió en la escena un flaco altísimo como el asta de una bandera, luciendo unos lentes de sol con montura blanca, una sonrisa metálica más grande que él y el tumbao que tienen los guapos al caminar. Se abrió paso entre los espectadores y con una mano sobre la barra, lanzó su tabla al agua y se echó al mar a navegar, para luego, al cabo de unos minutos de recorrido en downwind, ofrecer a los allí presentes un espectáculo maravilloso, contentivo de complejas maniobras y elevadísimos saltos que le hacían rozar las nubes.

A casi dos años de haberle conocido jamás lo he visto molesto, ni deprimido, y en ningún momento he divisado temor en sus ojos. Tampoco lo he mirado negándole a alguien un favor. Pero sí lo he observado gustosa devorando pastichos y espaguetis. También he escuchado soñar despierto a este entusiasta de mis guarapos, y hablar de que en un futuro se vislumbra: “Siguiendo el ritmo y echándole ganas al trabajo y a la vida. Buenos corredores de kitesurf y con sus buenas escuelas de kite, bien montadas. AMEN” así textual me lo escribe el Matatán en un correo electrónico.

Se profesa un kitesurfista activo “buscando siempre un lugar nuevo para explorar e inventar locuras extremas, you know” añade con sus propias palabras llenas de simpatía. Es bachiller en ciencias, nativo de Adícora y no cae en contemplaciones a la hora de contar cómo fue su encuentro con el kite: “la historia comienza tiempo atrás cuando solo éramos unos chamaquitos, que solo practicábamos windsurf en ese entonces, pero al observar el nuevo deporte practicado en estas aguas adicorenses por turistas alemanes las ganas de explorar el deporte se apoderaron de nuestras mentes, y de ahí pasamos a inventar con un toldo playero haciendo las veces del kite sujetado por 4 líneas de polietileno y unas cuerdas amarradas a un pedazo de palo de escoba que era la supuesta barra de control. Desde allí comienza nuestra historia en el kitesurf. Claro, hasta el momento en el que cada uno pudo tener la oportunidad de ser ayudado por alguien y tener el chance de practicarlo realmente”.

Matatán comenta que a él le ayudó su primo Daniel “Tecún” Grimán, sobrino de Patchi Colina a su vez (en Adícora, como en todo pueblo pequeño, todos son parientes). Este guapo flacuchento confiesa que lo primero que hace al levantarse es mirar por la ventana a ver sí las palmeras son batidas por el viento, y de ser positiva su búsqueda, raudo salta de la cama a ponerse sus boardingshorts para salir a navegar.

Hernancito, tiene 22 años, es bachiller en ciencias, cursó 3 semestres de Educación, mención Inglés en la UNEFM, y ahora comparte su vida entre el expendio de licores de su progenitor, los cursos de kite, y sus prácticas diarias. Aparte de ser un melómano empedernido que sucumbe ante todos los géneros, menos el vallenato, dándole especial atención al reggae, el R&B y el hip hop, y con su tonito urbano se lanza una improvisación: “Matatán active in da house”.

Habla con el corazón y explica que para practicar esta actividad extrema se requiere tener muchas ganas y enamorarse del deporte. Él se toma muy en serio su labor como instructor y nos explica: “comencé como instructor trabajando aquí y allá dando cursito en cualquier escuela donde me llamaran, allí estaba presente para la chamba y pues así fui poco a poco, hasta tener mis propios equipitos logrados con mucho esfuerzo y trabajo hasta la actualidad”. En el presente comparte sus conocimientos en Adícora Escuela de Kite junto a sus compañeros de la Fundación Adícora Kite Team y está prontito a obtener su certificación como Instructor por la International Kiteboarding Organization (IKO), máxima autoridad de este deporte a nivel mundial.

Hernan es un apasionado de la velocidad y los deportes extremos, ya que también practica windsurf, surf, wakeboarding, y es muy común verlo corriendo en su moto. Es un muchacho bueno, servicial y profundamente agradecido con la vida por haberle presentado la oportunidad de practicar este deporte que hoy aparte de sustento, lo llena de energía y de pasión. Se ríe de sus tropiezos y se aplica en cada competencia como si no hubiese mañana. Celebra cada encuentro con riders de otras latitudes y disfruta al máximo sus días de viento en su entrañable Adícora.

Para culminar este perfil, cito a este dueño del flow: “en realidad el deporte me ha dejado muchas alegrías, ya que conecta a mucha gente independientemente de su posición social, tu sabes mi ary si tiene o no tiene. Pues de verdad nos conecta a todos y nos hace ver iguales a la hora de crear un ambiente de buena vibra y muchas caras felices”.