El 30 de abril los guarapos cumplieron un año en versión blog, y al hacer la respectiva retrospectiva del camino recorrido desde esa necesidad de saciar mi corazón después de un despecho hasta llegar a este momento en el que la satisfacciones me atacan todos los días al saberme más fuerte, más segura, tan feliz conmigo, más yo, no me queda otra alternativa que agradecer a la vida y a las personas que me empujaron a escribir y a los directores de esta revista por abrime un espacio.
http://guaraposparaelalma.blogspot se ha convertido en el estandarte de los que aún estando inmersos en las más profundas tristezas han tenido la osadía de volverse a levantar y renacer como ese Ave Fénix, que tanto menciono, aun más grandes de sus cenizas; de aquellos que se niegan a desalojar la esperanza de sus corazones; de esos, que asumiéndose más que imperfectos se hacen triunfadores de las batallas cotidianas; del arte que embelesa y empalaga de mis amigos fotógrafos.
Y como no puedo dejar de resaltar esa belleza presente en las iniciativas que con la algarabía que genera la unión de voluntades, surgen de mentes jóvenes y prolijas en ideas y entereza, aplaudo a los primitos Garvett: Ramón, Wilmer y Jaime, quienes con esfuerzo y tesón han abierto Restaurant Centro en la Calle Federación de Coro, para ofrecer al público trabajador un almuerzo sanito, sabroso y variado con un precio super solidario, en un ambiente fresco, acogedor y rodeado de arte.
Así mismo dos portentos de mujer, María Vanessa Reyes y Nathalia Matheus han decidido explotar y comercializar el talento de los diseñadores de ropa y accesorios de nuestro país, ofreciendo a las chicas de todas las edades un guardaropa original, innovador y con mucha personalidad, en un rinconcito super trendy que se llama Hippie Chic, ubicado en el CC Costa Azul de la ciudad mariana.
Siguen pasando cosas interesantes en la región que evidencian la disposición de crear, de expresar, de ofrecer alternativas, de crecer y de construir. También existen ejemplos de constancia y amor incondicional por el oficio y por las artes, y el que retumba en mi cabeza una y otra vez es el de Juan Bautista López, conocido por Todos como Yatu, quien con más de 30 años de carrera, una vida dedicada al rock y de ser considerado una leyenda, sigue con ímpetu, sin quitarse el sombrero creando nuevas canciones y dejándolo todo en el escenario durante cada presentación.
Y cierro este guarapo nostálgico diciendo que aunque duele mucho, errar tiene su encanto, porque nos recuerda que somos pequeños humanos imperfectos y a la vez capaces de asumir con entereza cualquier riesgo y de llegar hasta donde nos lo permita nuestra propia voluntad. Sí es bueno caerse de vez en cuando, pero mejor es levantarse y erigir con los escombros nuevos altares en los que las velas son alegrías y las ofrendas no están hechas de otra cosa que de amor.
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