Todos estamos conectados

Deepak Chopra en su libro “Sincrodestino” expone que todos y todo en el universo estamos conectados por pequeños e infinitos hilos de energía que se mueven armónicamente a través de las dimensiones del tiempo y el espacio. Y que los milagros están presentes en todos los aspectos de nuestra existencia, desde la creación de la tierra, el universo y todo lo que nos rodea. En el prólogo del libro se lee lo siguiente: “Los milagros ocurren todos los días, no sólo en pueblos remotos o en lugares sagrados al otro lado del mundo, sino aquí mismo, en nuestras vidas. Brotan desde su fuente oculta, nos rodean de oportunidades y desaparecen; Son las estrellas fugaces de la vida cotidiana”.

La naturaleza nos ofrece los mejores ejemplos de esta sincronía: el vuelo perfecto de las aves al migrar, el despertar de los abrojos, el canto de las ballenas, el ciclo de las mariposas, los cardúmenes de peces, y pare usted de contar, solo preste atención. Pero, tal como lo explica Chopra: “Los humanos perdemos este sentido de conexión en un fárrago de preocupaciones por el pago de la renta, la elección del auto que compraremos o cualquier otra distracción. Tan pronto como desarrollamos un ego, un sentido del yo separado de todos los demás, estas conexiones se oscurecen”. Aunque también explica que hay muchas personas que sin ser iluminados o estar conscientes experimentan la sincronicidad, y da como ejemplo a los hermanos gemelos, al vínculo entre madre e hijo, del cual yo misma podría relatar unos cuantos sucesos con mi progenitora.

Habla también de la comunicación no circunscrita que se establece como aquella que se suscita desde el incosciente y que no precisa de palabras, símbolo, señal o ícono. Y expone que el simple hecho de que esta máquina maravillosa que es nuestro cuerpo exista se debe a este fenómeno, mencionando que el cuerpo humano está formado por cien mil billones de células aproximadamente, unas mil células por cada estrella de la Vía Láctea. Todas las células del cuerpo parten de una sola, que se duplica y se duplica, que se va diferenciando, y se van convirtiendo en órganos y demás partes altamente especializadas del cuerpo.

El pensamiento, por ejemplo, es otro fenómeno que aun a los científicos les cuesta explicar: “El pensamiento no puede verse pero sin él estaríamos paralizados. Si no hay pensamiento no hay movimiento. De alguna manera nuestra conciencia se convierte en información y energía. ¿Dónde ocurre esto? La respuesta es que el pensamiento se origina en el ámbito virtual”. Y, algo que sorprende aún más, es que los pensamientos generan emociones, de hecho está comprobado que la ira y la hostilidad pueden perturbar el campo electromagnético del corazón, inhiben el sistema inmunológico, nos hacen más susceptible al cáncer, las infecciones y el envejecimiento acelerado.

Todos y todo estamos sincronizados. La Tierra que al circundar el Sol, crea el beat de las estaciones, dándole la razón a Jorge Drexler en Todo se transforma. Así tenemos que el frío invierno se vuelve primavera, las aves migran, los peces buscan dónde desovar, las plantas florecen al igual que el cuerpo de la mujer una vez al mes, y la gente se enamora. “Toda la naturaleza es una sinfonía y formamos parte de ella”. La tierra baila en vueltas sobre su propio eje, dándonos el día y la noche, y los hermosos colores del alba y el ocaso, hasta el sueño como actividad para el reparo.

Todos somos parte de todo; primitivos seres con fragmentos de mundo y mucho mar adentro, danzando al ritmo de nuestro corazón, irradiando y buscando luz; animales mnemotécnicos pensantes con mamíferas necesidades y con un alma elevada, que aunque no es afectada por nuestros actos, sí está conectada con un espíritu puro e inmutable. “De hecho, la definición de iluminación es el reconocimiento de que soy un ser infinito que ve y es visto, que observa y es observado desde un punto de vista específico y localizado. No importa cuánto hayamos complicado nuestras vidas, siempre es posible recurrir a la parte universal del alma, al campo infinito de potencial puro y modificar el curso de nuestro destino. Eso es el sincrodestino: aprovechar la conexión entre las almas, personal y universal, para moldear nuestras vidas”. Así lo asegura Deepak Chopra.

Y así te lo digo, cuando en el Twitter te pido que cantes, que sonrías, que pienses en positivo, que visualices, que pienses que eres un ganador, que seas agradecid@ con las bendiciones, que pidas perdón y que perdones, que des amor y no seas rencoroso. Estamos conectados en una red universal a la que ya le hemos hecho suficientes huecos, y con la cual tenemos una deuda. Estamos conectados, y necesitamos energía positiva para cargarnos nosotros, a los otros, al planeta y al universo.

Que no se nos olvide esto cuando le demos cariño a un vecino, cuando abramos los brazos al amanecer, cuando sonriamos, cuando abracemos a nuestro hermano, cuando hagamos el amor con amor sincero, cuando cantemos en momentos sombríos, cuando le echemos la mano a un amigo, cuando nos hagamos metas, cuando sintamos la necesidad de ser padres, cuando sequemos nuestras lágrimas y decidamos seguir, cuando nos curemos el corazón después de una ruptura, cuando demos de comer a un hambriento, cuando bailemos solos, cuando nos sobreponemos al miedo, cuando nos hacemos más grandes que nuestras circunstancias, y cuando nos proponemos ser mejores.