La Princesa Cachetes de Cereza y el Leoncito Saltarín

Hoy 7 de Agosto, es un día muy especial para mi y toda mi familia. Por un lado celebramos la llegada a este mundo, de María Valentina, quien hace dos meses nació sin mucho llanto, serena, sonriente y muy hambrienta en un día de mucho sol. Y por otro, el cumpleaños número 3 de Rolando Alfonso, un niño asombroso, enérgico y parlachín, el primero de su estirpe, el portador de un nombre famoso, glorioso y muy particular, heredero de una estirpe con una fuerza sobrenatural.

Valentina fue vista por primera vez vestida de rosado, con expresión de carácter y mucho talante, mejillas intensas rellenas de sirope de cereza y la piel bañada por un halo rojizo como desprendido de los pétalos de una hermosa cayena. Fue recibida hace poco por un comando familiar que blandía orgulloso la espada del cariño que se erguía trepidante entre expresiones de dulzura y las lágrimas de su mamá.

Rolando Alfonso, dinámico y aguerrido, alegre e inquieto, seductor y magnético, se ha convertido en un galancito espigado, que entiende en dos idiomas los chistes y que solo piensa en jugar. Sudoroso, impaciente, atractivo y feroz, es una pulguita saltarina, y a la vez es un león amarillo dorado como los rayos del sol, que desprende a su paso los suspiros de tías y primitas quienes tan solo al pensarlo caen rendidas a sus pies, anhelando un próximo encuentro para recibir de sus manos grandotas y labios carnosos las más apasionadas expresiones de amor.

Ellos no se conocen, por kilómetros de agua y terrenos en el medio, no se han visto ni tocado. Sin embargo, se saben mutuamente, se sienten y presienten, y se esperan con ansías para escribir, junto a la escarchada Valeria (mi poderosa Hada Sobrina) y a un frijolito mágico que pronto se convertirá en personita (y tal vez otros duendecillos más, que espero poder dibujar) los capítulos de un hermoso cuento lleno de color, aventuras, regocijo, música, fiestas y arlquines, adornado con momentos tiernos de mágicos matices universales que perdurarán impolutos en el tiempo, para disfrute de los clanes: Valles, González, Alvarado, Navarro y Morales.

Hoy celebro con gratitud, atesorando recuerdos en mi mente, aliviando con este guarapo a mi corazón. Agradezco al cielo por dejarme disfrutar, jugar y amar a mis sobrinos, joyas invaluables de mi esperanza, que agitan mis días, que llenan de gozo mi vida y que me honran cada vez que me dicen "Tía". Ustedes son motivo de mis luchas y batallas, son la luz al final de mis túneles, son remanso de ternura, pasión que desata mis locuras y una fuerte razón para soñar.

Soy la Titi, que siempre estará para escucharlos ante las dudas, para diseñar nuevos juegos, para compartir sus triunfos, para escribirles poemas y canciones de amor, para acompañarlos en el camino, darles consuelo en los momentos de incertidumbre, para solapar travesuras y para abrazarlos cada vez que pueda. ¡Los amo con todo el raudal de este maremoto que tengo por corazón!