Iván, las mujeres y la dignidad

Ayer vi a Iván Olivares en un programa de televisión. E inmediatamente recordé con nostalgia mis tiempos de adolescencia, cuando al escuchar su nombre nos llenaba de orgullo esta gloria venezolana del deporte, digno representante del país a nivel internacional y figura emblemática del baloncesto nacional. Todavía me tiembla el pecho al ritmo de la estridencia de aquellos gritos en el Forum de Valencia que rezaban: Iván, Iván, Iván con aplausos intercalados antes de cada tiro a la cesta.

Este señor, luego de su vida como atleta se encargó de desarrollar su carrera profesional en el ámbito gerencial, social, político y comunitario. Ahora se lanza como diputado por Catia para los próximos comicios del 26 de Septiembre. Sin querer caer en una diatriba política, porque no es menester en este blog (ya que la felicidad, y los valores no tienen color, ni tinte, ni arriman al mingo) el gran Iván dijo algo sobre la dignidad del venezolano en la entrevista que retumbó en mis oídos y me sumió en un mar de reflexión: "los hombres de Venezuela han perdido su dignidad porque se han vendido y doblegado, son las mujeres las que mantienen digno al país."

Y aunque no ahondó en las razones, ni se explayó en el tema, su sentencia me abofeteó con toda la fuerza de una verdad. Sí Iván, los hombres se han vendido, y somos las mujeres las que estamos echando pa´lante: levantando familias solitas, saliendo todos los días a trabajar, madrugando para rendir la jornada, sonriendo para tapar los apuros, resolviendo los peos diarios, manteniéndonos bonitas para agradar a la vista, aguantando trancazos y poniendo la cara a adversidad.

Y sin querer sonar feminista, ya que admito que la calidad humana, profesional y personal no tiene nada que ver con el género y hay hombres que son muy valiosos, le doy la razón a Olivares, las venezolanas (y cada vez más) somos las que estamos tejiendo con nuestras manos la fortaleza del gentilicio, cargando sobre nuestros hombros la dignidad del trabajo y levantando con nuestros vientres el mañana del país.