Ya el 2012 comenzó, y con él la ilusión de que nuestras vidas van a cambiar, y de que en los próximos 366 días vamos a solucionar todos los problemas que vienen acumulándose y no precisamente desde el año pasado, sino de toda nuestra existencia.
Realizamos para el 31 cuanto ritual se nos cruzó por la mente, y cuanta superstición nos cuentan las tías y sus amigas, y así nos ponemos las pantaletas amarillas volteadas, nos comemos un pocotón de uvas y de lentejas, sacamos las maletas a pasear, apretamos billetes de alta denominación y de moneda extranjera, y nos endeudamos para estar lindas y de estreno.
Y previo al momento de la transición entre un año y otro, escribimos nuestros propósitos en una lista, y acuñamos ítems como: lolas nuevas, levantarme el rabo, ponerme flaca, rebajar, ponerme explotada de buena, ser más sexy, etc.
También escribimos cosas como: me propongo un trabajo en el que gane más plata y trabaje menos, en el que me hagan caso, que trabaje solo gente bonita, que quede cerca de mi casa, en el que me den un bono todos los días, y tenga una oficina bien decorada y para mi solita.
Me propongo viajar mucho este año, y comprarme un carro, dar la inicial para una casita y remodelar la cocina.
Por supuesto en el listado de propósitos siempre habrá espacio para el corazón, y si ya tienes pechugo se leeran frases como: me propongo que mi pareja se componga, que me haga caso y me preste más atención; que no pase tanto tiempo con sus amigotes y que no mire a ninguna otra mujer; que me complazca más, que haga lo que yo le diga y que siempre me de la razón. O sea, que a pesar de haberlo conocido medio bellaco el hombre se vuelva medio pendejón.
Y sí aun no hemos conseguido el amorcito, pues escribiremos cosas así: Me propongo conseguir al hombre de mi vida, guapo, simpático, encantador, divertido y millonario; que adore a mi familia, pero que la de él no de lata; que sea entretenido pero solo conmigo; que se integre a con soltura a mi grupo de amigos pero que no tenga él amigos por su cuenta que lo estén sonsacando; que sea muy culto, educado e inteligente pero no aburrido; y que sea extrovertido, pero no hablador de pistoladas.
Y habremos otras que nos propondremos Paz para la Tierra y un mundo mejor, donde no hay pobreza, ni hambrunas y toda la gente goce de buena salud.
Lo cierto del caso, es que aunque estos son los escritos más comunes en las listas de propósitos, realmente no son tales. Son anhelos, sueños y deseos, sin ninguna intención nuestra de cambiar o aportar. Hacernos las lolas y conseguir un novio con plata no deben ser propósitos de año nuevo, pueden ser metas, y hasta objetivos pero no propósitos.
La Real Academia Española define como propósito al Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo, es por ello que en el caso de tratarse de los “Propósitos de Año Nuevo” deberíamos enumerar aquellos aspectos propios de nuestra personalidad que queremos cambiar, y las cosas que estemos dispuestos a realizar para lograr nuestras metas.
Además de que al escribir hacemos un decreto en documento, que alimentamos con la mente y el corazón, por eso hay que ser más específico, y anotar oraciones así: Me propongo comer mejor y levantarme más temprano para hacer ejercicio; o Me propongo tomar 2 litros de agua al día e inscribirme en Febrero en el gimnasio.
Podemos escribir: Hago el propósito de leer un libro al mes, de pedir disculpas cada vez que la embarro y pedir las cosas por favor; Hago el propósito de exigirle a los demás lo mismo que me exijo a mi; y de tomarme unos minutos al día para agradecer las bendiciones que me rodean.
Si de trabajo se trata nuestros escritos se deben orientar hacia nuestra disposición a mejorar: Tengo el propósito de sugerir los cambios que crea pertinente para sentirme mejor en el trabajo, y de ser puntual y responsable con mis superiores y clientes; Tengo el propósito de ser más proactiva y utlizar el tiempo para aumentar la productividad; Tengo el propósito de actualizar mis conocimientos en el oficio que realizo y de ofrecer un mejor servicio, más preocupada por el crecimiento de mis compañeros y el progreso de la empresa.
Me propongo interesarme más por lo que pase a mi alrededor, y aportar soluciones al momento de una queja emitir; Me propongo tomar una pequeña porción de mis ingresos para aportarla a una fundación; Me propongo hacerme de una causa de justicia social, tratar a los demás como quisiera ser tratada, y este año, levantarme temprano, salir, hacer mi cola temprano y votar.
Si ya tenemos pechugo: hago el propósito de enamorarme todos los días de mi pareja, escucharle de verdad y prestarle sincera atención; hago el propósito de no anteponer mis intereses al bien de la relación y complacer a mi amorcito aun mas.
Y si aun no llega el novio . . . pues no te mortifiqueis, que si te relajas, te abres a las nuevas aventuras y te grabas de una vez que los tipos perfectos solo están en las películas, y que de hecho nosotras mismas somos un delicioso saquito de defectos . . . pues solito llegará a ti, en el momento indicado, el chico imperfectamente perfecto para ti.
Comenzar un año, es la oportunidad perfecta para botar lo que no sirve, incluyendo las malas vibras, actitudes dañinas y problemas del pasado. También es el momento perfecto para pasar la página, y esbozar sobre una hoja en blanco la vida que realmente quieres vivir, y escribir su plan de acción, y más importante: es la ocasión precisa para dar los primeros pasos, y cambiar! (porque siempre hay algo que cambiar).-
Texto y Fotografía: Arianny Valles
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