Sobre @ArizonaRockCoach

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Princesa Hechicera del Reino Indómito de Urumaco; guarapera empedernida, coach ontológico, pasajera, y transeunte de una vida Sin Desperdicio

Guarapo

La Real Academia Española explica que la palabra "guarapo" es una voz quechua cuya definición reza: "Jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar".

Para nosotros los venezolanos, el guarapo aparte de refrescar, también se asocia al temple y poder de decisión. Este blog tiene por meta refrescar con dulzura la fuerza en el corazón, y ayudarnos a continuar con optimismo y coraje este incierto camino que, cada vez más escabroso, se llama vida.

lunes, 2 de enero de 2012

Bien Cuida´o

Texto y Fotografía: Arianny Valles

¿A dónde vas con ese ceño fruncido y el pico levantado? ¿No ves que aún el año viejo no ha cerrado la puerta y todavía este es tiempo de transición?

¿A dónde vas con ese andar tan despacio como si por zapatos tuvieras tacos de plomo y por medias grilletes? ¿No ves que es tiempo de reseteo y de cambiar la programación?

¡Vamos! levanta la vista, y tómate un momento para pensar, y más que eso, disponte a reflexionar. Es el momento oportuno para quitarle peso a la carretilla y cargar sólo con lo estrictamente necesario, aquello que realmente vayas a utilizar.

Te pregunto yo, como quien no quiere la cosa, ¿qué vas a hacer con ese orgullo desmedido que no te deja doblar tu tronco cuando el viento azota queriendo quebrarte las ramas? ¿Para qué te sirven los miedos si en vez de prender tus alarmas lo que hace es paralizarte y anclarte en el mismo lugar?

Y ese rencor tan pesado que llevas sobre tus hombros como mochila de concreto, pegajoso y grasoso que te enmugrece el corazón. Te vuelvo a preguntar: ¿Qué ganas con esa tristeza perenne por eventos que sucedieron hace tanto tiempo atrás? Dale chance a que evolucionen y se conviertan en lecciones, que volverán a transformarse para volverse fortalezas.


Te quedaste con las ganas de algunas metas alcanzar, pensando que ya este era el último chance para ganar. ¿Qué te pasa? ¿Quién dijo que ya pasó tu momento? Atrévete a romper el esquema y cambiar de estrategias. Hay que girar la vista para encontrar las soluciones que a veces caprichosas y escurridizas se esconden detrás de los lugares y las caras más insospechados.


¿Qué ganas resistiéndote a los cambios? Si todo en el universo baila al ritmo de una melodía ancestral. ¿Para qué perder tu tiempo envidiando lo que tienen los demás? ¿No ves que investigar la vida de otro te resta tiempo para descubrir todo el mar de potencialidades que yace latente y poderoso dentro de ti?


Y esa culpa clandestina y ponzoñosa que te ha cosido el mentón al pecho y no te deja el sol mirar. Tómate el momento de asumirte defectuoso y por lo tanto propenso a los errores, como cualquier mortal. Y luego, báñate con refrescante humildad para perdonarte a ti mismo primero, y luego emprender el viaje a conseguir la indulgencia de aquel a quien has hecho mal. Y en un acto de nobleza limpia tu corazón concediéndole el perdón a quiénes el año pasado te hicieron llorar.

Poco a poco se cierra la puerta, y del año pasado ya nada quedará. Pronto regresaremos a nuestros puestos de trabajo, a los pupitres, a las mesas de diseño, a nuestros aparadores y ordenadores, a nuestra rutinaria búsqueda del sustento, y el curso del sistemático engranaje del día a día, de nosotros, si no nos ponemos pilas, se adueñará. Así que aprovecha esta brecha para poner las cosas en su lugar; para detenerte en el tiempo y en el espacio y deslastrarte de aquello que te tiene trancado y no te permite avanzar.

Respira profundo, y al inhalar llénate de entusiasmo y alegría. Levanta la cara, hacia arriba directo al cielo, con los brazos abiertos para agradecer y abrazar al universo que se postra sobre ti, generoso, ese que al mismo tiempo reina dentro de ti. Sonríe, canta. Llora y libera, rápido que ya la puerta se va a cerrar.

Permítete soñar y quererte tal como eres, porque así eres especial. Has notas con esas correcciones que para este año tienes que hacer, ten presente que siempre se puede ser mejor, y que es hacia allá el camino que se debe tomar. Sacúdete las telas de araña de la flojera y el polvo de la costumbre que te nubla la visión, echáselos al año viejo que ya va a cerrar la puerta, y grítale al mundo que tú también mereces la redención.

Así como tienes correcciones, también tendrás tu lista de pendientes, escríbelos más grande y por un ladito su respectivo plan de acción, con mapa incluído para llegar a cada renglón. Que las motivaciones siempre son necesarias para impulsarnos con fuerza e inspiración.

Agarra esa carretilla, vacíala, y vuélvela a llenar con ilusiones, esperanza y ambiciones; con tus mejores recuerdos y aquellos momentos en los que triunfaste; con música, risas y actitud; con tolerancia, honestidad y respeto; con mucha humildad, con la anuencia de tu familia y el amor más profundo que puedas ofrecer a todo aquel que lo quiera sin esperar que te paguen o no.

Disfruta de saber que tienes punto de partida y punto de llegada, pero gozate más el camino y lo que tengas alrededor. Aprovecha que no llevas mucho peso, para compartir como ayuda la carga, aunque sea un ratico, de los demás. Celebra cada piedra, bache y obstáculo en la vía, porque será la oportunidad de nuevas cosas aprender. Si te caes, no importa, te sobas los codos y las rodillas, y con elegancia te vuelves a levantar. Recuerda siempre que los más largos caminos se empiezan con un pequeño paso, y que no importa lo lento que vayas mientras no te pares.

Y si te vuelven a preguntar por tu destino, sonriente y con tumba´o, métete la mano en el bolsillo y responde con malandra dulzura: "aquí lo llevo, bien cuida´o".

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