Sobre @ArizonaRockCoach

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Princesa Hechicera del Reino Indómito de Urumaco; guarapera empedernida, coach ontológico, pasajera, y transeunte de una vida Sin Desperdicio

Guarapo

La Real Academia Española explica que la palabra "guarapo" es una voz quechua cuya definición reza: "Jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar".

Para nosotros los venezolanos, el guarapo aparte de refrescar, también se asocia al temple y poder de decisión. Este blog tiene por meta refrescar con dulzura la fuerza en el corazón, y ayudarnos a continuar con optimismo y coraje este incierto camino que, cada vez más escabroso, se llama vida.

jueves, 12 de enero de 2012

Blueberry Pie

Texto: Arianny Valles - inspirado en la trama de la película My Blueberry Nights del director Wong Kar Wai.

Entraba ansiosa y presurosa azotando la puerta, haciendo sonar las campanitas chinas atadas con hilos rojos, que siguiendo los preceptos del feng shui protegen y traen prosperidad a los negocios. Su cara denotaba angustia, tristeza y una gran preocupación, igual que en los 4 días anteriores.

Nuevamente se sentaba nerviosa sobre la barra, mirando con detenimiento el bol de vidrio donde reposaban las llaves que clientes habituales dejaban en el café, incluyendo aquellas que ella una semana atrás, en un arranque de rabia al sentirse defraudada y herida porque el dueño de su afecto simplemente la dejó de querer y empezó a salir con otra.

Observando con intriga aquel recipiente, sentada melancólica reposando sus brazos sobre la barra de aquel establecimiento comercial, donde se enteró de la triste realidad que había pulverizado su iluso corazón, Elizabeth aun se negaba a entender que ya él no estaba más a su lado, y que ya ella ingresaba nuevamente a la lista de mujeres abandonadas.

Después de aquel infortunado encuentro con la verdad, hace una semana atrás, en el que impulsada por la duda y la ausencia de Él en sus últimos días, en el que tomó fuerzas y ante el silencio del susodicho, se aventuró a la humillante situación de tener que ir al café donde compartían sus risas y degustaban de sus platillos favoritos a preguntar por él, regresaba sistemáticamente con la precaria ilusión de verle allí, o tan siquiera saber que había pasado y el chico del local le habría dado su recado.

Luego de aquel fatídico momento, cuando el encargado del lugar y portador de unos ecuánimes ojos azules sacudió sin querer el pecho de Elizabeth al responder inocentemente que había visto al hombre por el que ella preguntaba en compañía romántica de otra mujer, ella se negaba a dejar escapar la esperanza de que se tratase de un error momentáneo, una crisis transitoria, o una etapa de confusión.

Su cabeza sostenida por sus trémulas manos, no podía encontrar respuesta a sus interrogantes, ni argumentos convincentes, ni palabras de consolación. No se explicaba porqué después de haberlo apostado todo por la relación estaba viviendo un oscuro trance lleno de dolor. Sufriendo ante el desagravio y el cruel rechazo de aquel sátrapa ruin, quien, sin siquiera avisarle, dio por terminado el idilio de una forma deplorablemente unilateral, nuestra protagonista merodeaba por las más incomprensibles ideas y por los oscuros callejones que conducían al café.

Llegaba todos las noches a la hora de cerrar el comedero, así podría hablar en paz y a solas con el guapo y paciente encargado, y dejarle sólo a él la impronta de su frustración. Después de encontrar en el chico, palabras de alivio y, con su dulzura y simpatía de alguna manera mitigar el dolor de las llagas sangrantes de su desamor, Elizabeth se atrevió a pensar en voz alta, sollozando delante de él: "No se porqué la prefirió a ella que a mí".

Jeremy se quedó en silencio, observándola con sorpresa e indulgencia por unos segundos, y luego soltó el coleto con el que limpiaba el piso dentro de la barra, donde Elizabeth gemía y lloraba constantemente las desventuras de su situación sentimental. Limpió sus viriles manos sobre el delantal que cubría su torneado cuerpo, y se dirigió a la vitrina que exhibía las tortas y postres, y mientras desechaba los restos del día en la basura, le decía esto, que es el mensaje al cual quiero llegar: "Es como estos postres . . . el pie de limón y la torta de chocolate siempre se acaban temprano, todo el mundo las pide; del cheesecake y la torta de zanahoria el público solo toma algunas porciones, pero siempre este pastel de blueberry queda intacto, completico. Y no es que el pastel esté malo o no sea sabroso, es que la gente prefiere a los demás".

Elizabeth luego de tomarse un momento para digerir el mensaje, secó sus lágrimas de la cara y le pidió un trozo de ese malquerido de pastel, para hacerlo su favorito. Jeremy se lo sirvió con helado de vainilla, lo que lo hacía más apetitoso aún. Desde entonces, la atormentada muchacha, nunca volvió a llorar por aquel ególatra insensible, y se dispuso a darle valor a su tiempo y entregarse a la aventura de crecer . . . y no les cuento más, porque deben saber por ustedes cómo termina la película.

Lo importante es comprender muchachonas del mundo, que nadie es mejor que nadie, tampoco peor; y que si la soledad no se nos quita, no es porque estemos mal o porque no tengamos atractivo, es simplemente que tal vez nos estamos exhibiendo en el mercado equivocado, o porque es mejor que estemos así, para mantenernos libres y completas para cuando llegue a nuestro café ese empedernido y guapetón devorador de pasteles de blueberry.


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