Me está doliendo el pecho de tanto querer amarte,
se me están insolando las ganas por no calmarles la sed.
Me están matando los besos que no te he dado,
se me están quejando porque no los dejas salir.
Y en tantos atardeceres me canso de sentir demasiado
sin saber por quien.
Me está quemando la pesadumbre que siempre te circunda,
se derriten mis creyones, y aun no te he podido pintar.
Me están lastimando las noches que has estado cansado,
se me están secando las caricias por no hacerlas fluir.
Y aunque me lo estoy proponiendo, se me acaba la paciencia
de esperar que suceda algo, que simplemente no va a pasar.
Me está ensordeciendo el silencio,
se levantan murallas y las torres de Babel.
Me están soñando otros amores que no me pueden tener,
se me están pasando los años y no quiero dejar de vivir.
Y mirando por la ventana has decidido permanecer
sin saber, tristemente, cómo existir.
Me está devorando el frío inclemente de tu apatía,
se congelan los preceptos bonitos que tengo de ti.
Me están observando de lejos la pasión y la emoción,
se me están poniendo grises los días ansiando tu intervención.
Y en muchos instantes se me olvida que existes,
como sí solo vivieses en sueños.
Me está haciendo un llamado el desenfreno,
se me están quejando las venas porque no les doy trabajo.
Me está triturando la angustia de pensar que te hago mal,
se me están arrinconando como castigadas, las alegrías.
Y por miedo a quedarnos solos, y hasta por comodidad,
no estamos aislando aún más.
Me está difamando el corazón,
se me están achicopalando las carcajadas tan solo de verte llegar.
Me están seduciendo el libre albedrío y la soledad,
se me están corrompiendo los pensamientos por no darles nada.
Y por muchos intentos que hagamos, no creo posible
la integración.
Me está coqueteando pícaro el olvido,
se me están quedando dormidas las sonrisas que te pedí.
P.D. No hablamos el mismo idioma, y eso es una realidad.
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