Fotografía @Lomographicsociety vía tumblr.com
Texto: Arianny Valles
La
araña que teje su casa su trampa,
y
la flor que sólo sonríe cuando está el sol.
La
sal que es rosada, el rocío montañero
y
los días de intenso calor.
El
olor del jengibre y del cardamomo,
Y las noches de tertulia en casa de algún amigo.
El
abrazo cálido y oportuno
que
llega justo cuando no tienes cobijo.
Las
sonrisas infantiles, esas que dan vida
y
las caricias de mamá.
Guardar
con recelo en tu pecho
aquellos
momentos que sabes no volverán.
Los
juegos, los bailes, los cantos
y, los instantes de reflexión.
Las
flores, bombones, regalos,
esos
detalles que salen del corazón.
El
amor a primera vista
y
los flechazos súbitos del ángel barrigón.
Los
sueños que se hacen hechos,
y
los grupos que comparten una misión.
La
alegría que se siente al ayudar
y
el orgullo por el gentilicio.
Los
encuentros, las revelaciones, los secretos
y
cuando quieres salir a celebrar con bullicio.
El
tango de las olas en la orilla,
la
sonata de la primavera.
El
llanto emocionado, el dolor,
y
cuando te besaron por vez primera.
Los
templos de oración y las bibliotecas,
Los
equipos deportivos y las universidades.
Los
cultores ingenuos, los artistas,
Los
obreros y los profesionales.
Las
promesas cumplidas y aquellas que flotan,
Las
nubes y las lluvias habituales.
Los
globos, los dulces y el agua de Jamaica
Y
las subutilizadas verdades universales.
Los
ocasos morados y los amaneceres amarillos
Que
brindan el tiempo y su conductor hilo.
Los
hijos, los sobrinos, los amores
¿Quieres
más razones para sentirte vivo?
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