YO SE

Fotografía  @lomographicsociety en tumblr.com

Si, yo se.

Es inevitable dejarse abrumar ante los acontecimientos y ante las nuevas medidas económicas que afectan directamente el estilo de vida de TODOS los que aquí vivimos.

Yo se. Es inexorable sentirse decaído y sin esperanza, así como decepcionado y sin ganas de seguir.

Yo se. Es imposible sentirse mal, ahogado y asfixiado, y llenarse de rabia y frustración.

Es muy difícil no estancarse en el modo queja

y caer en el hueco fétido de la amargura.

Pero ahora pregunto: ¿Sintonizarte en esta frecuencia negativa y enfocarte sólo en la crisis te va a ayudar a salir de ella?

Claro que,  ante semejante chaparrón se siente uno pequeño e indefenso, por lo tanto, lo más recomendado es no perder la calma,

ni echarse en la cama a llorar.

Hay millones de cosas que no podemos controlar, pero hay una que sí. Y esa es nuestra actitud.

Así que mírate al espejo y encuentra

tus fortalezas y ese toque que te hace único y especial.

Y con el pecho firme, y el mentón levantado

di a ti mismo “que no te vas a dejar”,

y partiendo de este punto, muévete,

sal del hueco, mira hacia arriba, hacia el cielo

y con discernimiento y cabeza fría

comienza a pensar en los ajustes

que puedes hacer para sobrellevar la situación.

Recorta gastos, suprime viajes, no salgas tanto.

Comparte más con tu familia, prepara más cenas en casa, sal a correr, toma más agua.

Baila como si nadie te viera, canta en voz alta,

reza más, observa tu entorno, usa más tus manos para hacer regalos que para gastar.

Reta a tu intelecto a buscar medidas creativas,

y a tu espíritu dile que te apoye en tus ganas de triunfar. Sonríe, deja de fumar y de quejarte. Adáptate, evoluciona y se tu mismo tu solución.

Hay 2 maneras de ver la vida: como una bruja malvada que quiere verte sufrir, o como una maestra divertida que te hace expandir tus potencialidades y te hace más poderoso con cada reto. Tu eliges, siempre puedes elegir.

Y cerramos con un tweet buenísimo de @sundingalue: No renuncies solo porque las cosas se pusieron difíciles. Recuerda: si vale la pena, no será fácil.