Fotografía: Luís Gerardo García
He vuelto a ver tus fotos, aquellas que nos tomamos los dos, y mi piel ya no se eriza, ni siento ese vacío frío que azotaba distante mi plexo solar.
Ya no me duele el cuello, y he vuelto a usar labial.
Las he visto con cariño y he celebrado tu felicidad.
Las he mirado por largo rato, y tu sonrisa me ha parecido un regalo angelical, y su figura esbelta ya se me está haciendo familiar.
He vuelto a caminar por aquellos recuerdos intensos, y ya no siento espinas ni me aflige el desamor. He llenado tu espacio en mis fotos por oficios y proyectos, y una nueva vida a voluntad.
Y al ver desde el pasado mis fotogramas del hoy, me miro con orgullo porque ya he superado lo que por años fue un bajón.
He vuelto a ver tus fotos, aquellas que nos tomamos los dos, y aunque me parecen bonitas, creo que hoy les falta color.
Ya no las escondo dentro del libro que reposa en mi mesita de noche, ni en una carpeta en el escritorio del ordenador.
Las he visto con orgullo, por la persona que era y la que hoy soy.
Las he mirado por largo rato, con asombro y estupor, y sonriente me felicito por tan radical evolución, y he sacado para siempre todo aquello que nos daba dolor.
He vuelto a transitar por los espacios compartidos, y lo he hecho sin mis pies quemarme.
He mirado en ese espejo viejo oxidado cuánto tu has cambiado, y concluyo que lo que pasó fue lo mejor.
Y al ver las repisas de mi tiempo presente, veo complacida tantos logros y proyectos, y una vida fenomenal; no me hace falta quien me abrace ni quien me acompañe a cantar; tengo nueve metros de cometa y la magia de Adícora que me hace levitar; tengo unos sobrinos deliciosos y una familia espectacular; tengo nuevos amigos valiosos que siempre están dispuestos a mis locuras apoyar; no extraño aquel pasado alegre porque me he fajado a los sueños concretar; no me sumerjo adolorida en la nostalgia porque sigo creciendo, construyendo, empeñada en dar mucho más; tengo las jarras llenas de guarapos y la vista siempre en el horizonte sobre el mar; tengo música en todos mis rincones, una rayita en el mentón que me enloquece y ahora un perrito de coral; no sucumbo ante las crisis existenciales porque entendí que la juventud es un estado mental; y no me paraliza el miedo a lo desconocido porque soy adicta a los cambios y a aventurar.
He vuelto a ver tus fotos, aquellas que nos tomamos los dos, y solo tengo palabras bonitas, y vibra multicolor, con olor a nardos y frambuesas, con alegría sincera, porque gracias a ti hoy soy yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario