Y ¿Cómo haremos con ese miedo crónico que padeces de acercarte a la felicidad?
En mis noches no te veo, y como hojas que vuelan con el viento que no tiene color, así te separas de mis labios, estos que aun no te tocan y presiento que secos de tu saliva se quedarán.
¿Cómo haremos con estas ganas de ABRAZARNOS que se sienten cuando compartimos el mismo lugar?
Es una puesta en escena, una gran producción en el teatro de mi mente, una película muda que se proyecta en mi cabeza, una y otra vez.
¿Cómo haremos con esta lejanía, que nos aparta y entretiene, y que nos mantiene al vilo de esos próximos encuentros?
Ya se hacen tan obvias las palabras, y tan poco lo que hay que decir. Te estoy dando olvido, y aunque me duela de forma aguda el pecho, no lo puedo evitar y tu, en un acto de autosaboteo, no lo quieres entender.
¿Cómo haremos para ponerle nombre a este ASUNTO?
Si antes de que desaparezcas de mis pensamientos y te conviertas en recuerdo, quiero por lo menos dejarte ubicado en mi memoria con alguna etiqueta de identificación.
¿Cómo haremos?
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