Declaro sentirme una princesa hechicera venida al mundo a vivir con todo lo que ello conlleva.
Me profeso indulgente con mis caprichos y los designios de mi conciencia.
Me confieso una imprudente, loca lúcida y liberal, de andar errante y paso firme; renuente a los estándares y provocadora; soñadora empedernida y siempre niña; constantemente cambiante y en eterna evolución.
Hago pública mi intención de disfrutar cada día como el último y bailar a un ritmo diferente del que me pone el destino; De tomar mucha agua y luchar hasta que mi alma encuentre la paz.
Manifiesto ante todos que después de tanto tropiezos no me importa volver a caer, y aunque no quiero permanecer en el suelo, tampoco perderé la cordura si me toca un vuelo rasante.
Asumo mi condición de bohemia, y la arropo con dignidad. No quiero que se me vaya la vida sin poder experimentar, ni conocer a fondo la variedad de la humanidad.
Me propongo mejorar mis conductas mientras así me lo pida el corazón; amar con el pecho abierto y guardarme lo mejor para aquel que se lo sepa ganar; respetar el credo y pienso de otros, y levantar mi voz ante la injusticia; asir las riendas de mi vida y aportar algo a la existencia de los demás; no tomarme tan en serio el trabajo y divertirme aun más.
Prometo querer con locura a mis sobrinos y sembrarles siempre sonrisas; no cerrarme a la posibilidad de ser madre y esposa; permanecer fiel a mi misma y profesarme amor cada día; fortalecer mi relación con Dios y mi familia; y sonreír más y más.
Me declaro creyente de todo, ingenuamente testaruda, cazadora de imposibles, cinéfila y melómana; poseedora de grandes tesoros que nada tienen que ver con lo material; mente inquieta, tuitera contundente, y amiga de la soledad; caraquista solemne, pintora sin lienzo ni pinceles, parrandera vitalicia y amante de la libertad.
Me declaro culpable de no hacerle tanto caso a mis papás, de querer ampliar mis horizontes y no discriminar; de creer que sí se puede, de ser entusiasta del yoga y de Alejandro Sanz; de no pelarme el Miss Venezuela, y por cualquier cosa llorar; de ser una constante transeunte, de equivocarme adrede y nunca tener dinero para gastar; de ser un personaje todas las noche para al día siguiente resucitar; de pasarme de romántica, de ser artista y adoptar por ideología la felicidad.
Me profeso indulgente con mis caprichos y los designios de mi conciencia.
Me confieso una imprudente, loca lúcida y liberal, de andar errante y paso firme; renuente a los estándares y provocadora; soñadora empedernida y siempre niña; constantemente cambiante y en eterna evolución.
Hago pública mi intención de disfrutar cada día como el último y bailar a un ritmo diferente del que me pone el destino; De tomar mucha agua y luchar hasta que mi alma encuentre la paz.
Manifiesto ante todos que después de tanto tropiezos no me importa volver a caer, y aunque no quiero permanecer en el suelo, tampoco perderé la cordura si me toca un vuelo rasante.
Asumo mi condición de bohemia, y la arropo con dignidad. No quiero que se me vaya la vida sin poder experimentar, ni conocer a fondo la variedad de la humanidad.
Me propongo mejorar mis conductas mientras así me lo pida el corazón; amar con el pecho abierto y guardarme lo mejor para aquel que se lo sepa ganar; respetar el credo y pienso de otros, y levantar mi voz ante la injusticia; asir las riendas de mi vida y aportar algo a la existencia de los demás; no tomarme tan en serio el trabajo y divertirme aun más.
Prometo querer con locura a mis sobrinos y sembrarles siempre sonrisas; no cerrarme a la posibilidad de ser madre y esposa; permanecer fiel a mi misma y profesarme amor cada día; fortalecer mi relación con Dios y mi familia; y sonreír más y más.
Me declaro creyente de todo, ingenuamente testaruda, cazadora de imposibles, cinéfila y melómana; poseedora de grandes tesoros que nada tienen que ver con lo material; mente inquieta, tuitera contundente, y amiga de la soledad; caraquista solemne, pintora sin lienzo ni pinceles, parrandera vitalicia y amante de la libertad.
Me declaro culpable de no hacerle tanto caso a mis papás, de querer ampliar mis horizontes y no discriminar; de creer que sí se puede, de ser entusiasta del yoga y de Alejandro Sanz; de no pelarme el Miss Venezuela, y por cualquier cosa llorar; de ser una constante transeunte, de equivocarme adrede y nunca tener dinero para gastar; de ser un personaje todas las noche para al día siguiente resucitar; de pasarme de romántica, de ser artista y adoptar por ideología la felicidad.
Te quiero mucho negra, entre muchas cosas, por ser la persona que eres
ResponderEliminarGracias Dushi, yo también te quiero mucho y celebro todas las cosas buenas que te está pasando.
ResponderEliminarME ENCANTA Arianny y me declaro seguidoras de tus guarapos para el alma.
ResponderEliminarQue bella eres y que aciertos tienen tus guarapos…….
Besitos....edireina
Edireina tus palabras me llenan de alegría. Gracias por leerme y apoyarme. Espero que tu vida sea plena, que te sientas feliz y dichosa con lo que tienes. Muchas Bendiciones!
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