Perdonen que haya dejado macerando el guarapo en su jugo y me haga ausente.
Mis letras y mis ideas han sido secuestradas por el interés publicitario.
Y aunque no declino en mis momentos de inspiración, el tiempo se me ha monopolizado
ante la responsabilidad con quienes confían en mi para mejorar la imagen de sus empresas.
Si hasta el diluvio universal se acabó para resultar en un mundo menos dañado e impío, estoy segura de que este agite que hoy gustosamente me aturde también calmará sus aguas para abrirle paso a una nueva yo, más potente, más crecida y con nuevos ímpetus.
Perdonen ustedes, lectores, palabras y hasta este mismo blog. No les estoy dando la espalda, solo estoy aprendiendo otras artes como parte de mi formación.
Volveré, porque no he dejado de quererlos.
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