sábado, 12 de enero de 2013
Amor = Balance
Fotografía: Melkier Jordán
He comenzado el año, conversando y leyendo mucho de amor. Y no del amor que hace que dos personas decidan deslastrarse de lo que eran, para hacerse uno solo y hacer familia; ni del amor incondicional y desmedido de una madre para con sus criaturas; sino del primer amor que se debe cosechar para luego establecer el resto de nuestras relaciones de una forma sana, el amor propio.
Erich Fromm ha determinado en su libro "El Arte de Amar", que el balance más necesario radica en nuestra relación con nosotros y con los demás, buscando la medida justa de indulgencia y auto apreciación, y que en la proporción en la que nuestra relación con nosotros sea sana, así lo será nuestra convivencia con los demás. "El amor, en principio, es indivisible en lo que atañe a la conexión entre los objetos y el propio ser. El amor genuino constituye una expresión de la productividad, y entraña cuidado, respeto, responsabilidad y conocimiento" propone Fromm.
Y John Roger fundador de los Seminarios Insight menciona que tenemos que amarnos incondicionalmente a nosotros, así como una madre quiere, perdona y consiente a sus hijos sin discriminarlos por sus fallas o debilidades, así como la gente que se enamora muestra lo mejor de sí y dedica tiempo con esmero para mantener esa relación, así como Dios nos concibe perfectos aun llenos de errores y defectos.
Partiendo de la premisa que nuestro amor propio debe ser incondicional: no nos autoflageláramos con hábitos dañinos o relaciones enfermizas; ni nos faltaríamos el respeto permitiendo que otros abusaran de nosotros; no haríamos nada que realmente no nos complaciera a nosotros; y no andaríamos recolectando metidas de patas y desamores, ni mendigaríamos amor por las esquinas porque ya nosotros nos amamos mucho. Y seguramente al encontrar a la persona realmente indicada proyectaríamos en su persona, ninguna otra cosa que nuestro propio amor.
"Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a si mismo; si sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto". Erich Fromm.
Que no se nos olvide cuando estamos compartiendo con los demás guardarnos un pedazo de la torta del amor, sólo así podremos hacernos dignos y tendremos la capacidad de discernir con mayor exactitud aquello que divide lo que está bien de lo que está mal, y tendremos la fuerza para levantar la voz en pro de nuestros derechos y a favor de nuestra integridad.
"Se leal a tu Alma. Elije el bien y el amor que encuentras en ello, que verdaderamente es el aquí y ahora." John Morton
Y es importante destacar que no estamos aconsejando amar menos a los demás, porque no es así como se consigue quererse uno más, de hecho cuando alguien odia a los que tiene a su alrededor está demostrando que se odia a si mismo, el llamado es a buscar el balance en nuestra relación con nosotros mismos: complacernos más y quejarnos menos, realmente luchar por cumplir nuestros sueños y NO lo que otros sueñan para nosotros, alimentar nuestro espíritu de cosas realmente valiosas y nutritivas, y no de fatuos hábitos impuestos por la "sociedad". Tomemos en cuenta lo que ha mencionado Meister Eckhart: "si amas a todos por igual, incluyéndote a ti, los amarás como una sola persona y esa persona es a la vez Dios y el hombre. Así pues, es una persona grande y virtuosa la que amándose a sí misma, ama igualmente a todos los demás".
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