Tengo un montón de guarapos guardados en carpetas de colores
apilados muy decentes esperando una brecha para volar;
y unas ganas de quererte que le dan brillo a mi piel
y le ponen a mis pies poderes para flotar.
Tengo en el estante, ese que está a punto de reventar
5.570 ideas y lámparas de todos los tamaños;
piedras preciosas y semipreciosas en collares y pulseras
y jugos, galletas y chiclets de sabores extraños.
Tengo en el altar sagrado de mis querencias
algunas fotos tapadas, de aquellos que han dicho "no puedo";
y velas de formas diversas y ricos olores
alumbrándole el paso a los amigos que echo de menos.
Tengo un negrito cantando salsa en mi ventana
queriendo hacer las cosas bien;
y yo dejándome atender, calmada y sosegada
guardando para el momento preciso estas ganas de echar un pie.
Tengo papel, lápiz, borrador, marcadores y creyones
para ver como me salen los capullos de caléndula;
y solípedos rayados correteando en mi jardín,
esperando que los amores me pongan las manos trémulas.
Tengo un saquito de cacao, cardamomo y alhelí
cerrado con un moño de raso rosado;
y proyectos de sueños y de ganas de mejoría
esperando concretarse para cuando estés a mi lado.
Tengo 300 puertas abiertas con esmero e ilusión
y aunque a veces me ufano, las voy cerrando de a poco;
y un cielo amarillento tormentoso que me hace subir la guardia
para no dejarme tumbar del huracán borrascoso.
Tengo una colección cuantiosa de metidas de patas,
algunas increíbles, otras más tristes y unas tantas jocosas;
y un polvo de estrellas morado con luces de escarcha
que me regala cordura cuando atolondrada me digo: "estás loca".
Tengo fusas, corcheas, blancas, negras y redondas
en un pentagrama portátil que me llevo donde quiera que voy;
para calmarme las ansias y recordarme de tu sonrisa
mientras camino azarosa al encuentro con lo que soy.
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