mi 2014

Te fuiste 2014 y yo ni cuenta me di. Me mantuviste siempre ocupada y trasnochada. Siempre expectante y en expansión. Te doy gracias por todos los buenos momentos, por los extremos y los malos, porque de estos aprendí mucho más. 

Aquí voy: mis días en Arizona, la pirolina con Rolando Alfonso, cada viaje a Adícora y las veces que me quedé en Chicho´s Posada.

Las válidas del Campeonato Nacional de Windsurf y Kitesurf, el Sin Desperdicio FEST con todos sus antes y después, el último domingo Familiar en Barro y Viento y el 25 de Diciembre;

todas y cada una de las carreras en las que participé o animé, el almuerzo de Mandala Audiovisuales, los cafecitos de Luis, la noche del bochinche y todas las visitas con Nidhos al cuarto piso del Hospital. 

La tarde que fui modelo, estar en el estudio cuando se grabó el tema de Vargas y Psycho, el curso de redes sociales y esa visita a Valencia. 

El Reto Los Médanos, las visitas del Kike y su familia, el yiang yang de Geralds, el red velvet de Milhojas, el Desafío al Viento y cada mañana en Sin Desperdicio. 

El homenaje a Tio Simón del Festival Contratiempo, las reuniones con los Mangos, las veces que transmití para Zona Radical y cada Boda en la que trabajé.

Cada reunión con nuevos clientes, el ubicatex de la Mega a nivel nacional y todas las cuñas que grabé. 

Todos los momentos compartidos con mi sobrinos, y tener viva a mi mamá. 

El día que fui animadora de Meridiano Televisión, la noche pop de Ana Paola, la flor de cebolla en los Chinos de los Palos Grandes, las cachapas de la Lagunita, la siestica en el Meliá, las idas al cine con mis sobris y mi regreso al Universitario. 

Las conversas con mi hermano, 

y los compartires secretos con mi gorda. 

Mi asistencia Insight, la despedida de Anís 

y cada actividad extra que con ellos realicé.

  

Las visitas a la casa nueva, las reuniones de condominio, el concierto de Pablito en Barril, las visitas nocturnas por whatsapp y las jornadas de limpieza y recolección de basura en la playa. 

Los viajes que realicé en mi mente, la rumba en Los Taques 

y mis atardeceres en El Yaque.

Todas las noches que caí exhausta, 

y aquellas en las que no pude dormir.

Todas las cosas que aprendí de mi, 

y aquellas que me atreví a hacer.

Las veces que sentí que me habían cortado las alas, 

y aquellas en las que no podía parar.

Las frustraciones por no poder cumplir mis cometidos 

y el manejo de personal. 

Las veces que sentí ganas de mandar todo al carajo 

y me aguanté, respiré profundo y seguí.

Las metas que se me quedaron pendientes,

 y las tantas otras que con alegría para el 2015 voy a asumir.