Sobre @ArizonaRockCoach

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Princesa Hechicera del Reino Indómito de Urumaco; guarapera empedernida, coach ontológico, pasajera, y transeunte de una vida Sin Desperdicio

Guarapo

La Real Academia Española explica que la palabra "guarapo" es una voz quechua cuya definición reza: "Jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar".

Para nosotros los venezolanos, el guarapo aparte de refrescar, también se asocia al temple y poder de decisión. Este blog tiene por meta refrescar con dulzura la fuerza en el corazón, y ayudarnos a continuar con optimismo y coraje este incierto camino que, cada vez más escabroso, se llama vida.

sábado, 9 de febrero de 2013

EL MILAGRO DEL PERDÓN


Fotografía: lomographicsociety vía tumblr.com

Creo haber comprendido que a la final, uno decide cuándo ser feliz, y tomar la disposición de lograr lo que quieres para ti. Elección que aunque suene tácita, obvia y hasta obligatoria,  no tiene acceso evidente y se tapa con una maraña de hábitos negativos vestidos de culpa, resentimiento y rencor.
Vamos caminando en la cuerda floja, y sobre nuestra barra de equiibrio montamos: los regaños de pequeños, y las mofas del colegio; los tempranos desamores y los desaires adolescentes; las injustas notas en la universidad y los juveniles errores; las incomprensibles envidias y los conflictos del trabajo; los soberbios abusos y el punzante egoísmo; la convivencia en el matrimonio y el miedo que implica ser papá o mamá; el abandono del ser y los vertiginosos atropellos de la vida actual.
Total que al mirar con consciencia el tiempo invertido en pensar, y el rango de libertad de acción, tal vez nos encontremos con el desolador paisaje de un corazón abatido, exhausto y corroído de tanto albergar dolor.
Pero como todo tiene su cura y su solución, lo bueno es que existe un remedio exquisito y redentor que se llama perdón. Que bien es cierto que no se compra con papel moneda, pero sí con fuertes dosis de arrepentimiento y deseo de enmendar, es decir, de reponer de alguna forma la falta que se causó a consecuencia de nuestro acto de alevosía o error.
Sería bueno comenzar por bajar de la carretilla el rencor que podamos poseer hacia aquel que con ingratitud nos ha pagado, o que sin entender el porqué nos ha hecho mal; y aún sin que los perpetradores de los ruines actos lo pidan, vamos a hacernos más poderosos y a propinarles un egoísta perdón, que tal vez a ellos no los libere de culpas, sino que nos quite a nosotros de encima el peso de ese molesto e ineficiente rencor, porque siendo pragmáticos, no nos aporta nada en nuestro camino, al contrario.
Aumentando el nivel de riesgo y compromiso, también debemos reconocer que queriendo o sin querer, a otro, en algún momento le habremos hecho mal. Y al igual que con varias enfermedades, mientras más rápido sea el diagnóstico, mejor y más certera la cura y la recuperación. Fueron los mismos fundadores de Insight, John Roger y John Morton quienes asentaron que el perdón es una manera de resolver tu propia sanación. Si no te sientes tan bien, si no eres tan feliz, si algo te molesta, el perdón puede ser una gran manera de nutrirte y de cuidar lo que te aqueja. 
Pedir perdón a los demás, no te hace débil, al contrario te hace humilde y te hace fuerte, capaz de aceptar con valentía que has hecho mal, y emprender con entereza el reto que implica saberse imperfecto frente a los demás. Y vaya que libera pedirle perdón a alguien, es un sacudón fuerte de mata, que te quita de encima los frutos podridos y pesados del resentimiento. Es una epifanía refrescante y potenciadora de energía, que debe venir seguida de un propósito y un acto de enmienda. No solo la palabra, el sentimiento de arrepentimiento y la vergüenza, sino también la acción de resarcir de alguna manera el impacto negativo de nuestro acto.
Y el “Ultimate Fight” del perdón, que nos sube tres escalones en elevación espiritual es el autoperdón. Otra palabra que suena fácil, y que pareciera natural, y sin embargo al levantar las costras más profundas de nuestro corazón, nos encontramos con el hecho de que a veces, somos inmisericordes con nosotros mismos, y en ocasiones hasta el punto de ni siquiera darnos cuenta de lo crueles, hirientes, rigurosos y hasta morbosos que hemos sido con nuestro propio ser. 
Análisis objetivos, meditaciones profundas, lecturas reflexivas y claridad en la intención: son cosas que iluminan el camino y aclaran la visión, para mirar en ese hondo hoyo que hemos dejado filtrar en el corazón. Unas elevadas inyecciones de amor propio, que deben ir subiendo en dosis hasta llegar a incondicional, y unas firmes ganas de obrar milagros y ser una persona mejor.
Perdona, perdónate y pide perdón. No es tan difícil, y como en los deportes, mientras más lo practicas más fácil se te hace, y te sale mejor. Y citando nuevamente a Roger y Morton, cierro esta reflexión con la siguiente frase: Muchos han descubierto que cuando perdonan, suceden milagros.


2 comentarios:

  1. Que bello! Gracias por compartir!. Definitivamente lo mas dificil para mi es perdonarnos a nosotros mismos. Liberarnos de esa necesidad de castigar al que nos ha hecho mal debe ser maravilloso! y como tu lo dices, perdonar por nosotros, no por ellos, por liberarnos.
    Un abrazo grande! :) Gracias otra vez :)

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    1. Wow!!!! que buen análisis y reflexión. Gracias a ti por este feedback!! Bendiciones!!

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