Sobre @ArizonaRockCoach

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Princesa Hechicera del Reino Indómito de Urumaco; guarapera empedernida, coach ontológico, pasajera, y transeunte de una vida Sin Desperdicio

Guarapo

La Real Academia Española explica que la palabra "guarapo" es una voz quechua cuya definición reza: "Jugo de la caña dulce exprimida, que por vaporización produce el azúcar".

Para nosotros los venezolanos, el guarapo aparte de refrescar, también se asocia al temple y poder de decisión. Este blog tiene por meta refrescar con dulzura la fuerza en el corazón, y ayudarnos a continuar con optimismo y coraje este incierto camino que, cada vez más escabroso, se llama vida.

martes, 1 de mayo de 2012

Del avance, del progreso y de querer hacerlo mejor.


Fotografía: Mario Loaiza

Es propicia la ocasión para levantar la copa de las gratitudes rebosante de satisfacción
y encomiar un brindis ruidoso, hoy por ser el día mundial del trabajador.

Es pertinente y hasta meritorio, en estas coyunturas anómalas en las que arrecia la injusticia,
dedicar un par de minutos, tal vez dos y tres docenas, con objetiva malicia
a plantearse el aporte que nosotros como traviesos escritores de nuestros propios guiones
estamos añadiendo al seguramente inverosímil y maravilloso desenlace del curso de la historia.

Que la historia no está en los libros del bachillerato, eso ya lo deberíamos saber,
se postra grácil y excitante sobre un lecho de entalladas decisiones y amargos desaciertos
en un cuarto perfumado de nostalgia, lleno de peroles y pesados recuerdos, que llamamos ayer.
La historia no tiene un autor específico porque es un sistema de educación andragógica, 
construído y esbozado por todos los que habitamos en este planeta verde, azul y dorado.

Así que no pensemos ni un instante, que estamos exentos de culpa, 
y que el infortunio de una masa no ha tenido con nosotros nada que ver.
En la medida en la que internalicemos una desafiante verdad, que nos dice con suplicante dulzura
que somos todos piezas indispensables de un gigante engranaje,
en esa medida abriremos los ojos a un nuevo horizonte, que nos permite visualizar el bien,
no solo para cada uno y su entorno, sino para todos, porque a la final es el mismo bien.

Sería oportuno comenzar un nuevo régimen de ejercicios diarios, que incluya la práctica de reflexión,
que nos haga todos los días autoexámen para determinar incisivos 
de qué forma le estamos aportando algo a la existencia de alguien más, 
e indagar cuan certero sería expiar nuestras penas en el servicio a los demás.

Porque aunque en diferentes escalas, colores, amores y matices, a la final todos buscamos
un mismo, enorme, comprensible y humano objetivo, y es el del progreso en bienestar.
Entendiendo como PROGRESO a la acción valiente de avanzar en distancia y perfeccionamiento, es decir: transitar hacia adelante entre una meta y la otra, buscando siempre ser mejor, en oficio y en corazón. 

Avanzar, que verbo tan bonito, tan sublime y exquisito, que nos habla susurrante y brioso 
de la necesidad de movernos, comulgando con todo lo que habita y rige en este hermoso universo. 
Avanzar es seguirle el paso a la vida, y bailar una danza divina que supone eufórica alegría,
pero también precisión, estudio, coraje, emprendimiento y disciplina para alcanzar maestría.

¿Has entendido que no eres una simple marioneta? Tu capacidad trasciende, y se eleva risueña
hasta las manos de quien hala de las cuerdas, hasta la idea de quien confecciona el muñeco.
La historia la hacemos todos, al levantarnos cada día. Tal vez sin saber, tal vez sin sin quererlo.
Y la escribimos con nuestros pensamientos, decisiones y actos, de hecho este es el principal ingrediente.
ACTOS, ejercicios y resultados de hacer, acciones, 
concentración del ánimo en un sentimiento o disposición.

Al quedarnos estáticos inmóviles faltos de aliento y de visión, se sigue haciendo la historia,
solo que escrita con distorsión, mostrando aguda y ponzoñosa un estado colectivo de amarga confusión.
LEVÁNTATE y búscate tu pedazo de cuento, tu lugar en la trama y tu nombre en los créditos.
Alégrate de ser parte de la función y no espectador. Y aporta, sin importar que sea mucho o poquito.

Trabaja en el tiempo presente, con el cuerpo, con la mente, con la piel y el corazón. 
Sintiendo apasionada alegría y entregando toda tu potencia en cada acción;
atesorando cada instante vivido porque será parte de tu peculio, línea importante de este guión;
y clavándote en la mente el pensamiento que no estamos solos, y por ende el trabajo es de equipo.

No olvidemos jamás que luchamos en pos de un mismo, gigante, humano y universal objetivo,
y que de nuestras elecciones penden no solo nuestros destinos, sino el de los demás.
Promovamos el pensamiento colectivo como un sistema verdadero, así como el perenne movimiento.
Y hagamos el esfuercito cada día, de avanzar un poco más, de estirar la mano y tratar de hacerlo mejor.

Es conveniente el momento, para levantar orgullosos nuestras rebosantes copas de energía,
y brindar hoy Día Mundial del Trabajador, 
por aquellos que en las más oscuras circunstancias se han atrevido a forjarse un capítulo del libro, 
por esos y esas que solo llenan la carretilla con lo que de verdad necesitan, 
y por todos los que sonrientes construyen las patrias con sus intentos. 



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