Por Arianny Valles
¿Cuántas veces hemos mirado desesperanzadamente el horizonte resignados a vivir de acuerdo a lo que hemos hecho, dicho, pensado y SIDO en algún momento de nuestro pasado? ¿Cuántas veces nos hemos aferrado a una conducta perniciosa, o a la visión limitada de que no somos merecedores de algo mejor?
¿Cuántas veces bajamos la cabeza ante los juicios de otros, y nos quedamos con las etiquetas asumiéndolas como propias e imperecederas?
Pues ¿saben que?
El mundo cambia constantemente y nos pide a gritos que cambiemos con él.
Y ¿saben qué más? Nadie es víctima de su destino, porque somos una obra en perenne construcción. Y aunque las circunstancias disparan reacciones que nos revelan, nada más cierto que la grandeza humana de poder elegir.
Somos eficientes máquinas fabricadoras de juicios y de elecciones basadas en esos juicios. Y esos juicios varían de acuerdo a la manera en la que vemos el mundo. ¿Qué tal si yo hoy te invito a mirarte con compasión? ¿Qué tal si yo te digo que si te molesta lo que hiciste, lo que dijiste, lo que pensaste o como fuiste ayer, eso puede cambiar? No tu pasado, porque lo hecho, hecho está, pero si puedes SER diferente a lo que fuiste ayer, y en congruencia al SER, actuar diferente como fuiste ayer.
Si no te sientes bien con los juicios que otros tienen de ti, y con los que tu tienes de ti, no los valides y empieces a actuar en consonancia. La mente siempre quiere tener la razón, y si tu entonces te dices "que eres malo, que no sirves, que no eres capaz, que no eres suficiente, que no lo vas a lograr, que no puedes . . . " Pues, ¿sabes qué? Inconscientemente tus actos te van a decir que tu mente tiene razón.
Ponle un "parao" a esos comportamientos que ya no aplican en tu manual, porque ya solo con verlos eres otro. Aprovecha el comodín maravilloso de un nuevo día, y tu poder transformador, y conviértete a través de tus actos en el SER que realmente deseas. Y si en algún momento tu forma de pensar o tus opiniones te hacen daño, nunca es tarde para RECTIFICAR. Asumiendo, por supuesto, las consecuencias de tus actos, porque ENMENDAR también es necesario.
Hay un derecho que es más DEBER, el derecho a superarnos y a RECTIFICAR.
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