Gracias!

Procurando no quedarme atrás con esto de la "tecnocratización" de la información, he tratado de  aprovechar las ventajas de las redes sociales y cuanto dispositivo electrónico que mi bohemia economía me permita adquirir. Lo cierto del caso es que entre las más de un centenar de ventajas, me he encontrado con la posibilidad de acercarme a los que tengo lejos, y darles un poquito de alegría.

Con el facebook he recorrido el mundo; con el skype me he sentado a chismear con mi gente en Amsterdam, New Jersey, Phoenix (de ahí mi pseudónimo Arizona) y Madrid; y en el Twitter me he topado con un medio de expresión espectacular, con un ejercicio mental considerable (es fuerte para mí concretar una idea con 140 caracteres), y con la sensación de una gran reunión de condominio de una comunidad intensa, variada y sobretodo interesante. He tuiteado mariqueras, retuiteado noticias, he dado respuesta a piropos, me he metido en conversas ajenas y me he sentido útil con esto de los #guaraposparaelalma, aquí viene el cuento . . .

Confesando de antemano que yo no quería tener blackberry, pero que después de tenerlo no puedo soltarlo porque lo quiero más que a mi ex-novio (sin ánimo de herir a nadie), me encontraba un día atragantada de trabajo, con la mente ocupada, pero dándole al bbmsn y tuiteando: por un lado tenía a un compañero de trabajo contándome de una peste terrible que le aquejaba, y por el otro tuiteaba con una amiga que estaba gris de la tristeza ese día. A uno le respondí: "descansa y tómate un guarapo" y a la otra le escribí: "sonríe, la vida es maravillosa . . . no dejes que un evento afecte tu alegría" (si la memoria no me falla) y me pegué con ella a tratar de animarla. Fue entonces cuando en mi mente me dije: "pero si hay sopas de pollo para el alma, yo puedo dar guarapos venezolanamente universales".

Y fue así como empecé a tuitear frases para animar a mis seguidores, terminándolas con la etiqueta #guaraposparaelalma. De pronto mis amigos comenzaron a agradecerme por los tweets, e inclusive a aportar sus propios guarapitos, y hasta los amigos de mis amigos empezaron a guarapear. Ya cuando me pedían un guarapo, sentía el compromiso y me di cuenta que aunque en joda, soy útil. 

Comencé a seguir a tuiteros trascendentales como el Dalai Lama y a Deepak Chopra, retuiteo cuanto mensaje inspirador y cita me consigo, y doy los buenos días con optimismo y una orden en positivo. Mis super tuiteros empezaron a recomendarme entre sus followers, y para colmo @Ranmapernalete y @albertojl me sugirieron (insistentemente) crear un blog . . . Y heme aquí sin ánimo, en lo absoluto, de hacerme un gurú o una iluminada, por el contrario, pretendo ser intermediaria entre optimistas, y crear un espacio para compartir citas inspiradoras, canciones motivadoras, experiencias positivamente aleccionadoras, poesía, amor y alegría.

Aunque aún estamos en construcción, prometo buscar el tiempo para concretar esta idea que puede convertirse en un tsunami de buena vibra, y los invito a participar de esta nota formidable, que anima y embelesa, y que nos ayuda a sobrellevar esta vida acosada por las fuerzas del mal.

No me queda más que agradecer a los que le han dado gusto a estos Guarapos para el Alma:

Ranma Pernalete, Alberto Jiménez Locónsolo, Belky Brazón, Adolfo Cabello, Lorna Manrique, Giosammy, Luís Gerardo García, Darieglis Noroño, Ana Laura Abreu,

Yohanny Ruela y Ana Zuliani. (Perdonen los que se me escapan, por aquí mismo se pueden hacer sentir).

Y hasta imitaciones han salido, vale la pena mencionar a Roy Díaz (@RoyMcCoyD) con su #waraposoul.

Gracias, Gracias, Gracias, Gracias! Somos lo máximo y tenemos la oportunidad de ser mejores todos los días.